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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

La inauguración del paso superior Bravo-Periférico revivió las dudas sobre los criterios utilizados por los gobiernos estatal y municipal a la hora de decidir qué hacer con el dinero que aportan los sufridos contribuyentes. Y es que algunos críticos y criticones se cuestionaron si la obra de marras era más prioritaria que otras que llevan meses en el tintero o en proceso de construcción. Tal es el caso del puente Falcón-Lázaro Cárdenas, sobre el lecho seco del Nazas, cuyos trabajos llevan ya bastante tiempo abandonados debido a la tardanza en la asignación de recursos del fondo metro.

Otro ejemplo es el proyecto del puente La Unión-Santa Rita, también sobre el río, que es importante para mejorar la conectividad de la zona metro en el llamado segundo periférico, y que a la fecha no se tiene idea de para cuándo. Pero hay más. Los trabajos del polémico Paseo Morelos, que se llevan a cabo desde hace meses, tienen a no pocos comerciantes y vecinos de la vía con dolores de cabeza y aún no se sabe a ciencia cierta cómo es que lucirá al fin y si será una rúa peatonal o peatonal a medias. Un caso más es el del proyecto del sistema vial en la calzada Abastos, de cual tanto se habló el año pasado y que ahora parece haber quedado en el olvido. Y ni qué decir de las banquetas del primero, segundo y tercer cuadro de la ciudad, que entre sus cuarteaduras y “trampas” piden a gritos un arreglo. Para no irnos tan lejos, sobre el mismo periférico, en donde se construyó el paso superior que, sin bien se observa reluciente, no se tiene la certeza si era urgente puesto que por abajo “cruza” una calle incompleta, hay numerosas deficiencias que ponen en riesgo a los miles de conductores que diariamente transitan por él. Por ejemplo, el pavimento desgastado de algunos puentes, la falta de varias luminarias sobre los mismos, la ausencia de señalización, el deterioro de los puentes peatonales, la pintura deslavada de los carriles, y un largo etcétera. Parece que el relumbrón importa más que la utilidad a la hora de hacer obras.

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En el adelantado escenario de la sucesión del poder provincial en Coahuila, hay algunas desconfiadas voces que creen firmemente en eso de que las apariencias engañan. Y esto tiene que ver con lo que para muchos es ya una verdad incontrovertible: que el alcalde de Torreón, Miguel Riquelme, es el delfín del gober Rubén Moreira. Dichas voces escépticas consideran que la campaña de promoción que realiza el inquilino del séptimo piso del edificio más caro de la Perla de La Laguna en el interior del estado es tan anticipada que no va a durar todo el tiempo que falta para la elección de 2017, y que más bien tiene como objetivo distraer la atención del “tapado” que en el momento oportuno será revelado por el mandamás del Palacio Rosa. Más allá de estas especulaciones, lo cierto es que don Miguel sigue en su labor de tejer por debajo del agua redes de apoyo que le sirvan de soporte para una eventual candidatura. En este sentido, nuestros subagentes disfrazados de pupitres nos informan que el munícipe se ha convertido en virtual maestro de varios estudiantes de universidades públicas, a quienes les ha encargado una singular tarea: recopilar información sobre las necesidades de los habitantes de los alrededores de las instituciones educativas. Dicha información serviría para elaborar una base de datos y con ella preparar una cartera de “soluciones” que se transformarían en la promesa de programas clientelares -perdón, sociales-, algo parecido a lo que en su momento hizo don Rubén cuando era candidato, pero ahora corregido y aumentado. Nuevos rostros, viejas tretas, dicen por ahí.

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Cuentan que durante la renovación de la mesa directiva del Colegio de Arquitectos llevada a cabo hace unos días ocurrieron cosas “curiosas” que tienen que ver con la administración municipal de Torreón. Resulta que en la elección se presentaron dos contendientes: Aldo Villarreal y Rodolfo Romo, y nuestros subagentes disfrazados de sillas comentan que el segundo era el candidato “oficial”, patrocinado por el ayuntamiento de Torreón, principalmente por el director de Obras Públicas, Gerardo Berlanga, con la idea de seguir manteniendo control del Colegio que hasta la semana pasada presidía Víctor Torres Romo, cercano a don Rodolfo. Incluso, cuentan, que se organizó una cena en conocido restaurante ubicado frente a la Plaza Mayor, en donde además de algunos agremiados estuvieron funcionarios municipales con la idea de “amarrar” la sucesión. Pero la jugada no salió, porque varios arquitectos se rebelaron contra este intento de imposición y a la hora de la votación le dieron el triunfo a don Aldo. Y es que dicen que una buena parte de los integrantes no está de acuerdo con seguir la línea pro gobiernista que ha asumido el Colegio y que quieren que se fije una postura más independiente, sobre todo a la hora emitir juicios sobre las obras que se llevan a cabo con dinero público en la región. Pero, además, cuentan que en esto subyacen intereses relacionados con los proyectos que se entregan a empresas “amigas” de los funcionarios, en detrimento de la sana competencia por lo contratos. ¿Será? Lo cierto es que, según relatan, los del grupo de Romo se sentían tan seguros del triunfo gracias al apoyo oficial, que luego de conocer que el resultado no los favorecía abandonaron el recinto sin felicitar a los ganadores.

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Inquietantes noticias nos llegan de voz de nuestros subagentes disfrazados de hortalizas, procedentes del campo lagunero, allá por los rumbos de Viesca y Matamoros. Dicen que, contrario al discurso triunfalista que nuestras H. Autoridades se empeñan en enarbolar cada vez que pueden al grado de pintar a la región un remanso de paz en medio del desierto, un peligroso grupo de facinerosos anda haciendo de las suyas en algunas pequeñas propiedades del citado sector. Comentan que en los últimos días se han reportado extraños asaltos que han obligado a los dueños de invernaderos y parcelas a prender las alertas, tales como el robo de vehículos, combustible y hasta el desmantelamiento de cajeros automáticos usados por los trabajadores agrícolas para cobrar sus quincenas. Lo que más llama la atención es el silencio de las corporaciones policiacas, las cuales o no se enteran o de plano no se quieren enterar de lo que acontece. Si de por sí La Laguna está muy lejos de la capital de Coahuila, pues cuantimás la zona rural, de la cual nada más se acuerdan cuando se trata de cobrar impuestos. Si a lo anterior se agrega que los homicidios, si bien han bajado, no han dejado de cometerse en la zona metropolitana, principalmente en Torreón, pues entonces el panorama no está todavía como para brincar de alegría. Dicen los que saben que hay signos de que la cosa pudiera descomponerse. Esperemos que las autoridades actúen a tiempo para evitar que eso ocurra.

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Apenas medio le perdonaron sus adeudos históricos de cuotas con el partido, Rosario Castro Lozano retornó a la escena política para poner en la palestra su desacuerdo con el jefazo estatal del PAN en Durango, Juan Quiñones, a quien acusa de intentar acaparar todas las decisiones en cuanto a la designación de candidaturas para las próximas elecciones. Y es que en lugar de recurrir al Comité Ejecutivo Nacional y abordar el conflicto de manera interna, la exalcaldesa de Lerdo utilizó los reflectores para llamar la atención y abrir fuego mediático, lo que hasta cierto punto le da un respiro al PRI que espera que esta confrontación escale lo suficiente para descarrilar el tren electoral blanquiazul. Incluso, alimenta las sospechas de quienes ya en otras ocasiones la han acusado seguirle el juego a los priistas, una situación que además se replica por el grupo de panistas incómodos que también tienen compromisos con el partido tricolor. Aunque el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, hizo un llamado a todos los panistas del país para dejarse de pleitos estériles y diferencias internas, doña Rosario ya empezó a traicionar esa confianza, pues aunque dicen que tiene algo de razón al asegurar que Quiñones quiere acaparar todo junto con Rodolfo Dorador, quien recientemente dejó su curul en San Lázaro y pretende convertirse ahora en diputado local por la misma vía, su actitud se vio como políticamente incorrecta. Hay quienes aseguran que esto se debe a su desesperación por regresar a la farándula -perdón, política-, pues quiere volver a gobernar el municipio de Lerdo, para el que el PAN ya tiene encaminada a Salomé Elyd de Katsicas. La expresidenta municipal de Lerdo aún debe más de 240 mil pesos de cuotas al partido, algo que no es bien visto por los panistas quienes, además, se dicen cansados de las disputas entre estos grupos, pues aseguran que en ningún otro momento se había visto el entusiasmo como en esta ocasión, al considerar que con el senador José Rosas Aispuro tienen, ahora sí, muchas posibilidades de generar una alternancia en el estado de Durango. Bueno, eso creen ellos en virtud del riesgo de ruptura entre los Herrera de Durango capital y los Herrera de La Laguna si la senadora de este último clan no logra la tan ansiada candidatura.

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