Nadia (al centro) dice que lo que la motiva a estar en Pi Pao es encontrar sentido al trabajo en el día a día. (Cortesía)
Con 17 años de radicar en Torreón, Nadia Rodríguez Márquez nació en Saltillo, Coahuila, el 16 de agosto de 1976.
En nuestra región, estudió la Licenciatura en Sociología, y posteriormente, un Diplomado en Técnicas de Psicoterapia Corporal del Sistema Río Abierto.
Desde niña, tuvo la inquietud de regresar algo de lo mucho que se le había dado, ya que a los seis años, estuvo muy grave y vivió en un hospital durante tres meses; fue su primera Navidad lejos de sus primos.
"Fue ahí donde surgió este deseo de que mi profesión tuviese la visión de ayudar… al principio, quise ser doctora, luego enfermera, y poco a poco mi visión fue cambiando; luego quise ser psicóloga, hasta que un día encontré los planes de estudios de Sociología, y cuando terminé de leerlos, supe que eso era lo que deseaba estudiar".
De esta manera, Nadia podría tener las herramientas para facilitar el apoyo a sectores de la población estudiando las patologías sociales, y con ello, podría llevar a cabo proyectos orientados a reducir algún tipo de problemática.
Sobre cómo surgió Pi Pao Angelito de los Niños A.C., recuerda que nace del encuentro de dos voluntades y de la necesidad de materializar un proyecto de paz que pudiese crear un espacio alternativo lleno de amor, verdad y paciencia para el acompañamiento de niños y niñas con el corazón herido y la mente cerrada.
"El encuentro entre Roberto, psicoterapeuta infantil y cofundador del proyecto, quien fue un niño poco entendido por su manera distinta de aprender, percibir y entender el mundo, y que al crecer tuvo la visión de crear un espacio donde los niños pudiesen aprender de maneras diferentes y que éstas aún no eran utilizadas desde el sistema de educación tradicional ni mucho menos contemplaban un aprendizaje y sanación emocional; por otra parte, Paco y Gris, quienes viven la pérdida de un ser querido, deciden aferrarse al amor, transformando el dolor en esperanza e integrándose a la visión y creación de este contenedor amoroso; es así como nace Pi Pao".
Entre los objetivos de esta asociación, se encuentran reforzar la autoestima y la salud emocional de niños desde la sanación grupal; desarrollar la dimensión intelectual, físico, emocional y espiritual; formar una comunidad de colaboradores de paz en el planeta y colaborar en el desarrollo de las potencialidades natos de los niños.
Lo que la motiva a estar en Pi Pao es encontrar sentido al trabajo en el día a día, no importa en el área que le toque.
"Siento y veo que detrás de cada acción que realizo existe el rostro de un niño o niña de nuestro proyecto que están aquí porque de alguna forma se les cerraron las puertas en otros lugares, no comprendieron que son en su mayoría niños y niñas kinestésicos que aprenden con todo el cuerpo, que su naturaleza y sentido de aprendizaje usa toda su energía y creatividad, es por ello que me encanta poder estar en Pi Pao".