Incomoda. Tanto demócratas como republicanos mostraron su rechazo a Donald Trump y su visita.
Donald Trump ingresará al corazón de la lucha interna de Estados Unidos en torno a la inmigración cuando visite Arizona, pero el aspirante a la candidatura republicana a la presidencia no sólo estará frente a frente con defensores de los derechos de los inmigrantes, sino también con su Partido Republicano que trata de dejar atrás el controvertido asunto.
POCOS SE INDIGNAN
La Cámara de Comercio del estado, dos senadores federales y otros partidarios de los republicanos manifestaron su indignación por los comentarios de Trump sobre los inmigrantes antes de la visita del sábado.
Los demócratas y republicanos que manejan el gobierno municipal lo criticaron incluso aunque respaldaron el derecho que tiene a arrendar el centro de convenciones -que es propiedad de la ciudad- para lo que se espera sea un lleno total.
Y el gobernador republicano Doug Ducey, quien se entrevistó con Marco Rubio -aspirante a la candidatura de ese partido a la presidencia- y con Scott Walker -gobernador de Wisconsin- cuando estuvieron recientemente en el estado, desairó al magnate de los bienes raíces.
Los manifestantes tienen pensado reunirse afuera del centro de convenciones, y ya lo estaban haciendo ayer viernes en Los Ángeles para otro evento de Trump.
El aspirante presidencial llega a Arizona luego de hablar en Las Vegas en la reunión Freedom Fest, de tendencia libertaria.
POLÍTICOS
Republicanos protestaron por las declaraciones