A pesar de que ya pasó casi una semana desde que Santos consiguió su quinta estrella, me sigue pareciendo tan increíble como predecible.
Sabemos que así es el futbol mexicano. Hay quienes quieren hacer menos el título de los Guerreros por haber calificado a la liguilla "de carambola", pero su campeonato vale exactamente igual que el del América el torneo anterior.
Menosprecian lo hecho por el club lagunero porque entró de último momento. Porque de los varios equipos que pudieron tomar ese octavo boleto a la liguilla, no lo hicieron. Y así, Santos que ya había hecho lo suyo, se metió casi "sin querer queriendo".
Ya dentro todo puede pasar. Lo dijimos desde antes, "hay quienes prefieren ver a su equipo fuera de la fiesta porque no ven con qué pueda competir", pero en la segunda fase, la competencia apenas comienza.
Santos Laguna fue otro equipo en liguilla. Aunque en el sexto partido, parecía que regresaba a sus peores momentos.
Pero la tarea la hicieron con anticipación, desde el encuentro de ida. A esas alturas, al aficionado ya no le importa si se calificó en primero, cuarto o último lugar. Si se juega bonito, feo o no se juega a nada. A 90 minutos de la gloria, lo único que pasa por la mente de un "hincha" es alcanzar la gloria.
Los Guerreros aprovecharon el cansancio de unos motivados Gallos que le pusieron sabor al último partido y se alzaron con un sufrido triunfo. Así de increíble es nuestra liga; bien dicen por ahí que los últimos serán los primeros.
Honor a quien honor merece. En esta ocasión, Alejandro Irarragorri supo controlar a su "forcado", que muchos ya quieren para presidente. Ojo, que aunque es un buen técnico, ganó la Liga MX, no la Champions, y una liga la gana cualquiera.
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