Ahora sí, ya nadie quiere al "Piojo". En el Mundial pasado muchos ya lo ponían hasta para presidente y ahora... bueno, ya ni lo soportan. Pero seamos honestos, ¿quién esperaba más de lo que la Selección Mexicana dio en la actual Copa América?
Cuando compites en un torneo internacional y no llevas a tus mejores jugadores, no es difícil saber lo que puede pasar.
En Rafael Márquez y Matías Vuoso, jugadores de 36 y 33 años de edad, se fincaba la esperanza del Tricolor. De verdad, ¿quién esperaba que saliera algo bueno de eso?
Vamos, desde el primer partido, con la pura alineación, no hacía falta ser adivino. Y ni voltear para la banca.
México no pudo vencer a Bolivia, una selección que fuera de La Paz ¡tenía como mil años sin ganar un partido!
Y el colmo, se le juega bien al equipo local, muy competitivo, y en el último encuentro cuando con un triunfo se puede asegurar la calificación, se pierde ante Ecuador, que ni siquiera avanzó de ronda.
Y ahora Bolivia, el equipo malito con el que se empató en el primer juego, va a enfrentar a Perú en los cuartos de final.
A pesar de todo, a mí ese Tri no me decepciona. Y en el aspecto sentimental nacionalista, no tenía ninguna expectativa. Cero. Nada.
Ahora hay que voltear a la Copa Oro, que es a donde México manda a sus mejores hombres, los que juegan en Europa.
Y dejemos para después las "sorpresas" y los lamentos; el "Piojo" sigue siendo el "Piojo", como lo conocimos en la Liga MX, en el Mundial pasado, como nos cayó bien o nos cayó mal, y la Selección Mexicana tampoco ha sufrido gran cambio.
La presión crecerá ahora para los seleccionados en el torneo de la Concacaf, aunque no tendría por qué ser así; el fracaso de América no les pertenece.
Sin embargo, se supone que ante las selecciones centroamericanas hay "chance" de ganar el torneo. O como le llaman algunos, "obligación".
Creo que en este país se le exige más al técnico de la selección nacional de futbol que al presidente de la república, a ese señor también habría que pedirle cuentas.
Pero bueno, ésa es otra historia.
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