Santos Laguna estaba eliminado del torneo desde la semana pasada, lo que hicieron ante Tigres fue solo confirmarlo.
Porque aunque matemáticamente el equipo albiverde pudo alcanzar los puntos para llegar a zona de liguilla, la repartición natural de puntos entre el resto de los equipos hacía improbable ya cualquier "milagro".
En gran parte, la no calificación al siguiente torneo es responsabilidad de Caixinha. Otra parte considerable es de la directiva, luego los jugadores y por último, Pako Ayestarán.
Lo rescatable de este torneo, quizá, es que se avanzó (con sufrimiento) a la siguiente fase en la Liga de Campeones de la Concacaf, ya habrá tiempo para trabajar y planear lo que será el siguiente año para los Guerreros. Por lo pronto, los puntos que caigan serán buenos para no meterse en problemas de descenso.
En la siguiente jornada, Santos buscará su primer triunfo como local en el torneo (por ridículo que se lea). Por supuesto que nadie en la Comarca querrá despedir un campeonato sin una sola alegría en el estadio Corona, así que sería una buena idea que el inmueble luciera lleno, todos vestidos con los colores del equipo (no es broma).
Santos se va, pero las emociones no. Este fin de semana fue de mucha actividad en el deporte: Kansas, campeón de las Grandes Ligas; Denver le quita el invicto a Green Bay en la NFL, Rosberg gana el Gran Premio de México en la Fórmula Uno (tras 23 años de ausencia en el país), Boca Juniors se corona en Argentina y los sorprendentes Jefes le ganaron un partido al actual campeón de la LNBP.
Así que a partir de aquí, todo puede pasar, no hay porque estar tristes.
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