Voz del Dihablo
Se acerca el fin y, como es costumbre, comienzan a salir las listas de lo mejor del año. Los mejores discos, los mejores conciertos, las mejores portadas, la mejor bacanal y por ahí. Los más "novedosos", incluso, hacen listas similares pero a la inversa; "lo peor de".
De entrada, está por demás decir que esas listas son subjetivas, pero también son pretenciosas; ¿quién puede asegurar que ha escuchado todo lo que ocurrió en el año al menos en lo que corresponde a la música que tanto nos apasiona? Amén de que los gustos se rompen en géneros, subgéneros, "degéneros" y más.
Aún así, hay listas muy respetables (de compas que advierten: "lo mejor que YO escuché este año") y que sirven como guía para los despistados que le invertimos tiempo de más a ciertas obras y en el camino, dejamos pasar otras tantas. Así la tarea de escuchar nueva música comienza en los últimos días del año y los primeros del entrante.
En ese repaso anual, encontramos que 2015 fue de regresos para bandas legendarias como Iron Maiden y Slayer. Que en México sigue la llama encendida por hacer festivales de grueso calibre, con el Force Fest, Knotfest y el anuncio del siguiente Hell & Heaven. Encontramos que las versiones físicas siguen rifando y aunque todo apunta a la extinción, somos todavía más los necios que los cuerdos.
En esa parte, la de los discos físicos, me voy a detener. Es innegable que el internet, la piratería, las descargas y las nuevas aplicaciones han desplazado los formatos originales para escuchar música. Que cada vez hay menos lugares dónde comprar material original y que aparentemente todo es más barato que seguir comprando discos. Ante la inminente amenaza, los artistas tuvieron que aplicarse, dar un plus.
Ya de por sí se sabe que no hay nada como abrir un disco, sacar el librito, olerlo, apreciar el arte, escucharlo de principio a fin (de preferencia en una sola sentada) una y otra vez. Hasta el hartazgo. También solíamos seguir la letra de las canciones con "librito" en mano y, hasta antes del 'compact disc', resultaba impráctico adelantar canciones; terminábamos por conocer las obras completas. Hoy no. Entras a Youtube, vas directo a la canción que tienes ganas de escuchar, te salen 32 mil versiones y de ahí, para evitarte la fatiga, la máquina del Diablo se encarga de encontrarte temas afines; nos han hecho unos verdaderos holgazanes.
Pero volvemos a lo mismo. Los que gastamos nuestros pesos (y dólares) desde hace más de 20 años en producto físico, luchamos contra todo por seguir incrementando colecciones que solo suben de precio entre los que padecemos la misma "enfermedad". Y los artistas, en su afán de no perdernos, hacen ediciones cada vez más atractivas, como las versiones de lujo del Book of Souls y Repentless, por ejemplo.
También, y como muestra de que el tiempo no pasa en vano, en años recientes se han editado una cantidad espeluznante de "ediciones de aniversario", para los más fans de una banda o para quienes en sus colecciones aún tienen "huequitos" que llenar. Estas nuevas versiones suelen contener canciones que no fueron incluidas en el material original; es el plus por comprar un material "viejo" en tiempos nuevos. Y está bien que nos quieran dar más.
Sin embargo, llámenme romántico, me parece que en muchas ocasiones esos temas extra lo único que hacen es estorbar. Me explico: pones un disco, uno de esos que conoces de memoria, lo escuchas hasta el final y cuando te preparas para que dé vuelta y esperas un nuevo comienzo, te topas con canciones que no son de ahí. Y ya, la magia se interrumpe. Porque aparte hay discos que tienen más 'bonus' que temas originales.
Dejaré este tema a discusión de los especialistas. Luego volveré para revisar sus valiosos argumentos. Por mi parte, aplaudo a grupos como Amon Amarth, que tuvieron la genial idea de poner sus 'bonus' en un disco aparte (y no es el único caso) en su edición 'deluxe' del Deceiver of Gods (joyota). Amigos, aprecio sus opiniones al respecto.
Para este sábado en la Comarca Metalera: Noche de reencuentros con Un Día Común y Niño, en un antro de la Hidalgo (Torreón) y la música extrema en el Metal After Xmas, con Only Vendetta, Lord Diabolus y Seven Line, en bulevar González de la Vega, Valle del Nazas (Gómez Palacio). Más información: La Música del Dihablo [Facebook] y @Foko_54 [Twitter].
Que tengan una Nochebuena. Siempre.