Regresa. Por falta de maestros, después de 14 años jubilado, Cristóbal Sánchez, regresó a las aulas.
La falta de maestros "idóneos" para estar frente a grupo tiene al profesor jubilado Cristóbal Sánchez, de 72 años de edad, ejerciendo la labor docente.
Cristóbal Sánchez atiende el primer grado de la escuela Liberación Proletaria, del ejido San Agustín. Fue invitado por Andrés Barboza, inspector de zona. El maestro, egresado de una normal rural desarrolló su carrera en escuelas ejidales, por lo que acostumbrado al trabajo, no dudó en aceptar.
Sánchez trabajó en las escuelas Presa de San Pedro, ubicada en Saltillo; en los ejidos Cántabro, Florida de Francisco I. Madero y Buen Abrigo, de Matamoros, de 1965 a 1974. A partir de ese año y hasta 1986, estuvo frente a grupo en diversas Secundarias y después de su jubilación trabajó como docente en Escuelas Normales particulares.
Para el docente, la aplicación del examen de oposición para determinar si un maestro recién egresado, es apto o no para estar frente a grupo, no es del todo acertada.
"Yo salí de la Normal, pero donde me hice maestro fue en el aula, con los conocimientos que llevé a la hora de trabajar, ahí te enseñas, te forjas, llevas herramientas y las pones donde debe de ser, pero cuando hay vocación", dice.
El profesor señala que lamentablemente en la actualidad, muchas personas que eligen la docencia, lo hacen en base a la comodidad que les puede representar el sueldo, las vacaciones y otras cosas y no por la noble labor de enseñar.
"Falta vocación. He visto, oído, que alumnos que salen de la Normal de Torreón quieren trabajar cerca de su casa, ahí a 8 ó 10 cuadras, no más lejos, yo caminaba 22 kilómetros cada 8 días de la carretera a donde me dejaba el camión para ir al ejido Presa de San Pedro, donde empecé a dar clases". El maestro recordó que anteriormente los profesores tenían que quedarse en los ejidos toda la semana por la falta de transporte y ahora, con la facilidad que hay de traslado no aceptan lugares alejados. Aunque dice que atender un grupo de primer grado, cuando normalmente trabajó con sextos, le resulta difícil por su edad y el contexto actual que viven las y los niños, lo hace con gusto y por amor a la educación.
