— Quinto Tulio
El New York Times publicó en 2012 dos artículos que denunciaban actos de corrupción de Wal-Mart México. Los artículos, publicados el 21 de abril y el 17 de diciembre, generaron un verdadero linchamiento de la empresa. Los autores, David Barstow y Alexandra Xanic Von Bertrab, ganaron un Premio Pulitzer y provocaron una investigación del Departamento de Justicia de la Unión Americana.
Virtualmente ninguna atención, sin embargo, ha generado un artículo publicado este 19 de octubre por el Wall Street Journal que señala que la investigación del Departamento de Justicia no ha encontrado faltas significativas. "La investigación de tres años todavía no concluye -señalan los autores Aruna Viswanatha y Devlin Barrett-, pero la mayor parte del trabajo ya ha terminado, y es posible que el caso se zanje con una multa y no con acciones penales en contra de ejecutivos de Wal-Mart."
¿Por qué la acusación del New York Times generó escándalo y el seguimiento del Wall Street Journal silencio? Quizá porque golpear a Wal-Mart es políticamente correcto.
Los artículos del New York Times se basaban fundamentalmente en las declaraciones de un solo exejecutivo de Wal-Mart, Sergio Cícero Zapata, quien había sido despedido de la firma. El periódico neoyorquino ha mantenido desde siempre fuertes cuestionamientos a Wal-Mart por su política salarial, por la competencia a comercios menos exitosos y por su rechazo a la sindicalización en los Estados Unidos. Las diferencias del Times con Wal-Mart parecen ser ideológicas.
Los artículos del New York Times mostraban un enorme detalle. Aseguraban, por ejemplo, que Wal-Mart había pagado millones de dólares en sobornos, entre ellos 314 mil dólares en ocho entregas para la autorización de construir un Sam's Club cerca de la basílica de Guadalupe y 200 mil dólares en cuatro entregas para la Bodega Aurrerá de Teotihuacán. Pero desde un principio los datos no cuadraban. Los funcionarios involucrados negaban haber recibido pagos y se declaraban abiertos a cualquier investigación. El cabildo completo de Teotihuacán votó a favor de autorizar la Bodega Aurrerá con el argumento de que quería que los pobladores tuvieran acceso a mejores precios. Una investigación ordenada por Marcelo Ebrard, quien nunca fue amigo de los supermercados, no reveló ninguna irregularidad en los permisos en el Distrito Federal.
Para muchos políticos, sin embargo, las empresas grandes que se atreven a invertir en México son siempre sospechosas. de algo, de lo que sea. En abril de 2012, cuando era todavía diputado del Partido del Trabajo, Mario di Costanzo, hoy presidente de la Condusef, se quejaba de que se hubiera permitido a Wal-Mart inversiones cuantiosas en México. Exigía al entonces secretario de hacienda, José Antonio Meade, y al secretario de Economía, Bruno Ferrari, que explicaran por qué "permitieron la expansión que ha tenido Wal-Mart". Supongo que Di Costanzo no sabía que cuando Wal-Mart compró Aurrerá ésta era ya la cadena de supermercados más importante del país.
Por supuesto que se deben castigar los actos de corrupción, pero Wal-Mart parece tener un código de ética más estricto que muchas de las grandes empresas que operan en nuestro país. Los empleados de Wal-Mart dan cuenta de reglas extraordinariamente estrictas. En 2012 reporté que Wal-Mart no vendía ropa Aca Joe porque la marca era propiedad del padre del entonces director general de la firma en México. Si hoy la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos ratifica las conclusiones que ayer adelantó el Wall Street Journal, Wal-Mart se merecería cuando menos una disculpa.
CLASE TURISTA
Es raro encontrar a un gobernador en un vuelo comercial. Casi todos utilizan aviones privados. Este 18 de octubre, sin embargo, me tocó volar de Tijuana a la ciudad de México con Francisco ("Kiko") Vega en un avión de Aeroméxico. No sólo venía en vuelo comercial sino en turista.
Twitter: @SergioSarmiento