Orgullosa. Hortensia Barrera, fue maestra rural durante sus 30 años de carrera. (EL SIGLO DE TORREÓN)
A pie, a caballo, o en camión, se trasladó la maestra Hortensia Barrera para llegar a las comunidades a las que fue enviada para ejercer la docencia.
A 30 años de la primera vez que pisó un aula, hace un recuento para compartir la experiencia que tuvo durante su carrera y que sacó adelante por amor a la enseñanza. Hortensia Barrera es originaria del ejido Aquiles Serdán, de San Pedro, lo que imprimió un grado mayor de dificultad a su estudio. La primaria la estudió entre Aquiles y otro ejido cercano llamado El Retiro, hasta donde tenía que llegar atravesando parcelas a pie. La secundaria en la Ladislao Covantes, en la cabecera municipal y la carrera en Gómez Palacio. Todo esto lo logró gracias a sus padres, que la motivaron a continuar. "Trabajar con niños es muy hermoso, no importa lo que pase, porque eso en vez de entristecerme me engrandece porque lo que hice lo hice con el corazón", dice. Su primera plaza fue en Ojuela, municipio de Mexticacán, Jalisco, hasta donde se trasladaba en caballo. "Yo me iba en caballo o una mula, ya ni sé, yo me trepaba para poder llegar, tardaba 40 minutos, la gente iba y me esperaba", cuenta. De ahí la enviaron a Nazas, Durango y luego a San Esteban, Concordia y San Rafael de Arriba, municipio de San Pedro, para finalizar en el ejido El Fénix, de Matamoros, lo cual agradece, pues le regresó a las comunidades rurales algo de lo que le dieron, pues la profesora se jubiló en abril.
"Para mi lo más significativo fue sacar adelante a los niños y cumplir con esta labor tan hermosa que es la enseñanza".