A pesar de que faltan casi tres años para la elección presidencial y el presidente Enrique Peña Nieto ni siquiera ha cubierto la primera mitad de su mandato, ya hay tres aspirantes declarados a sucederlo, lo cual es algo inusitado en la vida política nacional, acostumbrada a que los actores políticos reservaran sus aspiraciones, incluso ante los interrogatorios constantes de los periodistas.
Aunque la exposición mediática, sus declaraciones y acciones permitieran deducir que trabajaban en busca de su postulación por parte de sus partidos políticos, la constante era una negativa pública de dichas aspiraciones, tal como sucede hoy con otros dos aspirantes.
El único antecedente similar fue el del hoy expresidente Vicente Fox Quesada, quien en 1997, entonces gobernador de Guanajuato, hizo públicas sus aspiraciones presidenciales, aunque fue hasta julio de 1999 cuando las anunció formalmente. Paradójicamente en mayo del 2004, Fox, ya como presidente de la República, recriminó abierta y públicamente a su entonces secretario de Energía, Felipe Calderón, que hubiese asistido a un acto de predestape de su precandidatura, lo que motivó la renuncia de Calderón a su puesto en el gabinete.
Por otra parte, todavía se cita recurrentemente en los medios de comunicación la constante negativa del entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, quien repetía una y otra vez "a mí denme por muerto", hasta que finalmente tras el desafuero y su posterior desistimiento en abril y mayo del 2005, en julio de ese año declaró públicamente su aspiración presidencial. Y aunque tras no lograr su objetivo en las elecciones del 2006, se mantuvo en campaña permanente, fue hasta julio del 2010, cuando declaró que volvería a contender en el 2012.
A su vez, Roberto Madrazo, a pesar de que el PRI ya había perdido la Presidencia de la República y él mismo había sido precandidato en 1999, fue hasta junio del 2005, cuando el entonces presidente del Comité Ejecutivo Nacional del tricolor anunció públicamente sus aspiraciones para el 2006. Algo similar sucedió con Enrique Peña Nieto, como gobernador del Estado de México, que esperó hasta el 19 de septiembre de 2011, en una entrevista con Joaquín López-Dóriga para hacer públicas sus aspiraciones.
Salvo el caso de Fox, en 1997, los aspirantes a la Presidencia siempre habían reservado sus aspiraciones hasta el cuarto año del gobierno federal; por ello llama la atención que sean tres los actores políticos que hayan hecho públicas sus aspiraciones cuando todavía no concluye el proceso electoral intermedio. Y que dos más, aunque explícitamente no lo hayan aceptado, trabajan en la concreción de sus aspiraciones.
El primero en hablar explícitamente de ello fue Marcelo Ebrard, en una entrevista en Univisión, con Jorge Ramos, en mayo de este año, tras la cancelación de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por segunda ocasión de su registro como candidato del Movimiento Ciudadano a una diputación federal. En dicho programa, Ebrard señaló que las resoluciones del Tribunal obedecen a la intención de evitar que esté en la boleta en el 2018; agregó que él se ha preparado toda la vida para ser presidente y mantendrá sus aspiraciones.
Le siguió Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón, quien el domingo 14 de junio, a través de un video en YouTube, externó sus aspiraciones de ser candidata a la Presidencia en el 2018 y dejó abierta la posibilidad de hacerlo por el Partido Acción Nacional, en el que milita, o a través de una candidatura independiente.
Un día después, el lunes 15 de junio, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, respondió al periodista Carlos Marín, en Milenio Televisión: "Sí quiero", al ser interrogado sobre sus aspiraciones a la Presidencia de la República y, posteriormente, precisó que no sabe si lo hará a través del PRD, partido que lo postuló como candidato ciudadano a la posición que hoy ocupa, o a través de una candidatura independiente.
El mismo lunes 15 de junio, el senador blanquiazul, Javier Lozano, en entrevista radiofónica destapó a su paisano, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, como precandidato. Moreno Valle aprovechó el proceso electoral intermedio para apoyar a candidatos panistas de 10 entidades federativas en sus aspiraciones y ofreció una comida la semana pasada en la Casa Puebla para celebrar con los candidatos ganadores.
En la misma noche de la jornada electoral, en una mesa con los dirigentes nacionales de los partidos políticos en el Canal 2 de Televisa, Martí Batres presumió que Andrés Manuel López Obrador, presidente de Morena, encabezaba en estos momentos todas las encuestas de preferencia electoral rumbo al 2018, con lo cual evidenció que su presencia en todos los promocionales de su naciente partido tenía la intención de posicionarlo en el ánimo ciudadano.
El presidente del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdoba, ya declaró que la expresión de sus aspiraciones no es un acto anticipado de campaña, sino el libre ejercicio de su derecho a la libertad de expresión; y la Sala Superior del TEPJF ya sentenció que la aparición de López Obrador en todos los promocionales de su partido, no violaba ninguna norma electoral.
Así que lo único que queda es esperar que en las próximas semanas y meses la lista de aspirantes se incremente y que los aspirantes refuercen su presencia pública y empiecen, aunque sea encubiertamente, sus campañas con miras a lograr su registro como candidatos a la Presidencia de la República para la contienda del 2018. Serán unas larguísimas campañas electorales.