Inseguridad. Cientos de egipcios se encuentran en la frontera de Libia, pues se sienten inseguros.
La filial del grupo Estado Islámico en Libia se atribuyó una serie de ataques mortíferos en el país ayr viernes que dejaron por lo menos 45 muertos y sacudieron a una ciudad administrada por un gobierno electo.
El grupo dijo que los ataques fueron en venganza por la matanza de musulmanes en el bastión de los milicianos islámicos en Darna. Aviones egipcios lanzaron varios ataques aéreos en Darna después que milicianos vinculados con Estado Islámico decapitaron a 21 rehenes cristianos egipcios.
Los ataques también hicieron blanco en las fuerzas del general Khalifa Hifter, que encabezó una ofensiva contra las milicias islámicas en nombre del gobierno internacionalmente reconocido. La declaración del grupo dijo que dos de los ataques suicidas de los "caballeros del califato" tuvieron como blanco uno de los cuartos de operaciones del general Hifter. Previamente, un portavoz del ejército había dicho que por lo menos 30 personas murieron ayer viernes por un atentado con coche bomba en una ciudad del este de Libia bajo el control del gobierno.
Sin embargo, había informes contradictorios sobre la explosión en Qubba, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Darna, un bastión de la rama de Libia del grupo Estado Islámico, que ha ido ganando terreno en este país de África del Norte, lejos de su campo de batalla en Irak y Siria.
De acuerdo con el portavoz del ejército Mohammed Hegazi, el coche bomba explotó cerca de una gasolinera en la ciudad mientras los automovilistas hacían fila para llenar sus tanques.
La explosión también hirió a decenas de personas y la gasolinera se encuentra cerca del cuartel de las fuerzas de seguridad de la ciudad.
Un funcionario de seguridad, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar con la prensa, dijo que la explosión en la gasolinera fue apenas uno de varios ataques en Qubba ayer viernes.
Dijo que ocurrió otro atentado en la casa del presidente del Parlamento, Ageila Saleh, quien representa al gobierno electo, con sede en el este de Libia.
Cuatro años después del alzamiento en Libia que derrocó al veterano dictador Moamar Gadafi, el país se ha sumido en el caos.
El país está dividido entre dos Parlamentos y gobiernos rivales. Uno tiene su sede en la capital, Trípoli, y está respaldado por las milicias aliadas con facciones islamistas, mientras que el otro es el Parlamento elegido, que se ha visto obligado a reubicarse y tener sesiones en la ciudad oriental de Tobruk, cerca de la frontera con Egipto.
Tensión en Siria
Mientras el grupo Estado Islámico trata de expandirse y echar raíces en todo Medio Oriente, está teniendo problemas en Siria —parte de su territorio vital-, donde se ha quedado estancado o incluso ha perdido terreno al tener que combatir múltiples enemigos en varios frentes.
Entre las filas de combatientes extranjeros han emergido signos de tensión y luchas de poder. Los extremistas siguen siendo una fuerza imponente, y el control del grupo sobre aproximadamente una tercera parte del territorio de Irak y Siria sigue siendo firme. Pero parece estar a la defensiva en Siria por primera vez desde que se extendió por el territorio el año pasado y lleva meses sufriendo por los ataques aéreos de la coalición encabezada por Estados Unidos.
Preocupa no estar listos
Ahora que se ha dicho que la operación militar para recuperar la segunda ciudad más grande de Irak de manos del grupo EI está a sólo unos meses de distancia, persisten las dudas sobre si las fuerzas militares iraquíes estarán listas para el combate.
Funcionarios iraquíes insisten en que no han recibido las armas modernas que necesitan para la operación en Mosul, en el norte del país, y algunos cuestionan si estarán preparados para una ofensiva en la primavera. Pero el Pentágono afirma que Estados Unidos ha enviado decenas de miles de armas y municiones, y que hay más en camino. Hakim al-Zamili, presidente de la Comisión de Seguridad y Defensa en el Parlamento iraquí, dijo ayer viernes que “cualquier operación sería infructuosa” a menos que las brigadas estén adecuadamente preparadas y tengan las armas que necesitan. El núcleo de la fuerza de combate serían cinco de las más competentes brigadas de Irak, las cuales tendrán capacitación adicional de Estados Unidos antes de la operación.