Problemática. Hay personas a las que les resulta más caro sacar su vehículo que el valor de la propia unidad.
Por lo menos ocho yonques y "corralones" de la ciudad ya están saturados de vehículos chatarra, por lo que sus propietarios solicitaron la intervención de las autoridades para la creación de una disposición jurídica que les permita desalojar estos lotes.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Cabildo, José Luis Cisneros Pérez, informó que, aunque el documento iba dirigido a la Secretaría General de Gobierno del Estado, se le hizo llegar una copia al Ayuntamiento por lo que se conoció sobre la gestión que realizan.
Expuso que, al ser depositarios de los vehículos, no pueden sacarlos ya que si en una resolución judicial se ordena regresar el vehículo al propietario y no lo tienen, ellos tendrían responsabilidad.
"Se están saturando los propios corralones y ellos quieren que se les den argumentos legales para poder desalojar", mencionó.
Dijo que, como Ayuntamiento, se está abordando la problemática por el lado de la salud pública ya que cuando llueve, el agua que se acumula en los vehículos es un caldo de cultivo para el dengue.
Sin embargo, conocen sobre la petición que se hizo a la Secretaría General de Gobierno, con el fin de que se promueva un reglamento o ley para reducir la saturación.
Expuso que los propietarios de yonkes no tienen interés en quedarse con los vehículos porque inclusive ya hay algunos que tienen hasta cinco o más años y ya son chatarra.
Hay veces que los vehículos están siniestrados por lo que es más lo que se pagaría por la pensión que el costo del vehículo, por lo que prefieren abandonarlo.
Refirió que la problemática de los vehículos yonkeados no sólo se puede observar en la vía pública sino también en estos lotes en los que son depositados cuando se los lleva la grúa.
Muchos de estos vehículos están sujetos a un proceso judicial que puede ser de carácter estatal o federal por lo que hay negocios en los que se acumulan en columnas de hasta siete vehículos apilados.
La situación preocupa a los dueños de los yonkes porque más vehículos siguen llegando.
