Ganó medalla de plata en los Juegos Panamericanos Toronto 2015. (Archivo)
El tiempo es inexorable y día a día se acerca el fin de la fructífera e icónica trayectoria de la judoca Vanessa Zambotti, quien dejará plasmados con varias medallas 16 años de alta competencia, con el adiós en los Juegos Olímpicos Río de Janeiro 2016.
Por eso ahora trata de disfrutar todo, cada viaje, cada momento, porque después va a extrañar el levantarse temprano para entrenar, competir, hacer viajes de 20 horas y por lo que se quejaba tanto antes, ese antes que incluye tres Juegos Olímpicos.
La ganadora de medalla de plata en los Juegos Panamericanos Toronto 2015, sigue en las competencias en un recorrido de despedida por los diversos escenarios deportivos, siendo su siguiente exhibición en Astana, Kazajastán, en el Campeonato Mundial, a desarrollarse del 24 al 30 de este mes.
La justa es parte de las participaciones para que sume puntos y obtenga su boleto a los Juegos Olímpicos. “Para clasificar hay que sumar puntos a nivel mundial, hay Copas del Mundo, Grand Slam, Grand Prix y Masters que dan puntos”, explicó.
Matemáticamente se puede hablar a fin de año si clasificó a Juegos Olímpicos, pero tiene que esperar hasta mayo para conocer oficialmente si está con el derecho para competir en Río.
Ella ya lo tiene decidido y la edad también, su cuerpo refleja los 33 años de edad, además quiere hacer su vida profesional y personal que ha visto pospuesta por 14 o 15 años, pero sabe que no lo va a dejar de tajo, tiene que desacelerar paulatinamente y prepararse para la vida normal, porque la vida de deportista es diferente a la de cualquier persona.
El tiempo que le queda o las cosas que le quedan por hacer las disfruta al máximo, no desea que fuera más lento ni más rápido, porque “disfruto el día a día y lo pasado está pasado y el presente es incierto y disfruto estar con mis compañeros”.
Pero también vive los días con mucha nostalgia, a pesar de saber que “el fin del ser humano es trascender y cerrar ciclos, y yo quiero trascender y cerrar este ciclo bien”.
Cuando ve hacia atrás, cuando se inició en el judo “veo que hace 14 o 15 años llegué a la ciudad de México, porque soy de Chihuahua, y vi el por qué vine, y vine por un sueño y muchas veces ese sueño se desvió, se perdió esa alegría y esa pasión, y ahorita estoy con eso, con esa alegría y pasión con la cual llegué aquí, a la selección”.
Compartió que hubo un tiempo que se sintió desanimada, las cosas no salían, no se llevaba bien con el entrenador que tenía, entonces entró en una etapa en la que no quería entrenar, en la que no hacía las cosas con gusto, por ella, sino por los demás.
Al final se siente madura, muy consciente en donde está y del día a día, contenta, muy contenta de poder disfrutar a plenitud, de apoyar a sus compañeras, de compartir su experiencia y de ser un referente, de haber visto compañeros y compañeros como niños y ahora ya son competidores de respeto.
“Nunca me imaginé en ser un referente del judo en México, de ayudar de una u otra forma de que mi deporte se conozca. Nunca me imaginé eso”, expresó.
Que sea Río de Janeiro y en los Juegos Olímpicos se su adiós, es algo que sólo el destino le depara. “Río me da mucha suerte, gané un Grand Slam ahí, gané Juegos Panamericanos y por qué no, ganar una medalla en Juegos Olímpicos”, sentenció.
