Autor de textos que marcaron la historia de la ciencia ficción, el escritor británico Arthur C. Clarke, considerado junto con Isaac Asimov y Robert Heinlen como los tres grandes de la ciencia ficción moderna, nació hace 99 años, el 16 de diciembre de 1917.
Originario de Mihead, Somerset, Inglaterra, Clarke mostró su vocación por la ciencia desde su infancia, pero no contó con los recursos para ingresar a una carrera universitaria.
Sin embargo, participó en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), alistado en la Royal Air Force, lo que le permitió entrar en contacto con la nueva tecnología del radar.
Fue en esta época, mientras se desempeñaba como Teniente en Vuelo, que escribió sus primeros relatos que ya tenían como foco principal, la conquista del espacio. Algunos de ellos los firmó bajo el seudónimo de Charles Willis y uno de ellos como E. G. O´Brien, reseña el portal de Internet biografiasyvidas.com.
Entre estas primeras publicaciones, destaca un artículo que escribió en 1945, en el que predijo con gran detalle el uso de un sistema de satélites para las telecomunicaciones.
Una vez concluido el conflicto armado, estudió matemáticas y física en el King´s Collage de Londres, donde se graduó con honores, además, se desempeñó como presidente de la Sociedad de Interplanetaria Británica.
Al escritor británico se le reconoce especialmente por gestar con Stanley Kubrick, la película 2001: una odisea al espacio, basada en su cuento El centinela (1951), que tiempo después creció hasta convertirse en novela.
Luego de la aparición del libro con el mismo nombre de la cinta, publicó dos secuelas en 1983 y 1988, en su narrativa expone la aparición de mentes superiores que fuera de la galaxia se hacían indirectamente presentes en la historia humana. De acuerdo con la crítica especializada, su producción literaria deja ver su fuerte interés por la metafísica y la mística.
Entre sus publicaciones destaca Luz de Tierra (1955), Una catarata de polvo lunar (1961), Las fuentes del paraíso (1979), y Cita con Rama (1973). Es de mencionar que a consecuencia de su estilo e inclinaciones se le dio el título de autor de ciencia ficción.
En la década de los 60, Clarke se convirtió en un consumado submarinista, deporte que, junto con su fascinación por la cultura India, lo llevó en 1956 a trasladar su residencia a Sri Lanka y a relatar sus experiencias en una serie de libros.
Además, como divulgador científico, dirigió la serie de televisión El mundo misterioso de Arthur C. Clarke, dedicado al análisis de supuestos misterios.
En 1980 fue galardonado con el Premio Hugo de novela por Fuente del paraíso, obra en la que relata la construcción de un ascensor espacial de 36 mil kilómetros de altura.
Junto con Ray Bradbury, Clarke representa una corriente trascendentalista de la ciencia ficción, en la que expresa su nostalgia de la presencia divina en el cosmos.
Arthur C. Clarke falleció a los 90 años, a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio, el 19 de marzo del 2008 en Sri Lanka.
