Confiados. Los partidarios leales de Donald Trump dicen que hay suficiente tiempo.
En medio de una frustración creciente, el Partido Republicano parece a punto de romper con Donald Trump. A medida que el candidato pasa de un resbalón a otro, varios líderes republicanos en Washington y estados disputados han comenzado a sopesar abiertamente el darle la espalda, a fin de evitar una aplastante derrota en las elecciones de noviembre.
No es algo sin precedentes. Ya pasó en 1996. El partido retiró en gran parte su respaldo al candidato Bob Dole una vez que quedó claro que tenía pocas posibilidades de ganar. Sin embargo, el panorama actual sería de una conmoción política total, cuando faltan aproximadamente tres meses antes de la elección presidencial y semanas antes de tres debates presidenciales. "Con base en sus antecedentes de campaña, no hay posibilidades de que vaya a ganar", aseguró Sara Fagen, directora política del ahora expresidente George W. Bush. "Está perdiendo grupos de personas a los que no puede recuperar".
El equipo de campaña de Trump, sin embargo, dice que las cosas se están moviendo en la dirección correcta, una posición que irrita aún más a sus detractores dentro del partido.
JUNTOS CONTRA ACUERDO
El Acuerdo Transpacífico (TPP, en inglés) cuenta con un oscuro futuro en EU, a juzgar por las insistentes críticas frontales de los dos candidatos a la Casa Blanca, la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, uno de los pocos temas en los que los dos rivales están de acuerdo. La primera economía mundial no ha estado exenta de los efectos negativos de la globalización, que ha provocado que como en otras economías avanzadas puestos de trabajo e industrias se desplacen a otros países en busca de menores costes y mayor competitividad.
En Detroit fue donde Trump y Clinton hicieron parada esta semana durante sus campañas para criticar los acuerdos comerciales, especialmente el TPP, firmado a comienzos de año entre EU y otras once economías de la cuenca del Pacífico (México, Chile, Australia, Japón y Perú, entre ellas). "Tengo un objetivo fundamental, quiero que los trabajos y la riqueza se queden en EU", enfatizó Trump el lunes.
Apenas unos días después, el jueves, Clinton visitó la localidad de Warren, a las afueras de Detroit, donde prometió detener "cualquier acuerdo comercial que destruya trabajos y rebaje los salarios, incluido el TPP".