Mucho se ha dicho sobre Alex Rodríguez en esta semana. (AP)
Alex Rodríguez coloca el pie derecho en la caja de bateo, hace un swing, se acomoda y toca el plato con el bate. Su nombre es anunciado por los altoparlantes del estadio, y los fanáticos responden con un aplauso que dura siete segundos.
Después de dos años en los que fue considerado como un canalla, el toletero vuelve a ser una estrella ante los ojos de muchos fanáticos de los Yanquis de Nueva York.
Tras perderse toda la temporada de 2014 por un caso de dopaje, y gozar de una buena campaña en 2015, A-Rod se acerca a las marcas de jonrones de Babe Ruth, Hank Aaron y Barry Bonds. El año pasado conectó 33 vuelacercas, su máxima cifra desde 2010, y empieza 2016 con 687, a 75 del récord de Bonds.
"Sé que alcanzaría (el récord) en tres años", comentó Reggie Jackson, una leyenda de los Yanquis. "Creo que sería sorprendente si llega en dos".
A-Rod afirma que se retirará después de la temporada de 2017, aunque señaló que podría cambiar de parecer. La posibilidad de superar a Bonds podría resultar muy tentadora.
La primavera pasada, el nombre de Rodríguez estaba ausente de los artículos en venta en las tiendas de los Yanquis, mientras el equipo se preparaba para batallar contra el toletero por un pago de seis millones de dólares por concepto promocional relacionado con su cuadrangular 660, que lo empató con Willie Mays.
Este marzo, las camisetas de práctica de bateo con el apellido Rodríguez, que cuestan 129.95 dólares, se agotaron en el Steinbrenner Field, la casa de pretemporada de los Yanquis, y el equipo parece que no disputará el próximo pago si Rodríguez empata los 714 jonrones de Ruth.
Rodríguez cumple 41 años en julio, y en la era post-esteroides tiene una edad en la que los batazos que solían volar por encima de los muros son atrapados en los jardines.
Por mucho que trate de concentrarse en el próximo partido, el próximo turno al bate, y el próximo lanzamiento, es imposible que no piense en los récords.
