Futuro. Tras la firma de la paz vendrá la aplicación del acuerdo de cinco puntos. (EFE)
Las FARC, la guerrilla más numerosa y mejor armada de América Latina, dio un paso que merece ser catalogado de histórico al renunciar a los fusiles y pasar a la política como resultado del acuerdo de paz con el Gobierno colombiano. La decisión, tomada en la Décima Conferencia Nacional Guerrillera que concluyó ayer, aunque esperada, no deja de ser trascendental porque implica el adiós a las armas de un grupo que llegó a tener más de 20 mil combatientes en su mejor momento, por allá en el año 2002.
Entonces las FARC eran una fuerza temible que había aprovechado los diálogos de paz con el presidente Andrés Pastrana (1998-2002) para fortalecerse a partir de la zona desmilitarizada de 42 mil kilómetros cuadrados que el Gobierno había creado entre los departamentos del Caquetá y Meta, con la localidad de San Vicente del Caguán como sede de la negociación.
Según fuentes militares, la lucha sin cuartel de las Fuerzas Armadas contra las FARC a partir de ese año, principalmente durante los dos Gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2010) redujo a cerca de 7,000 el número de combatientes de esa guerrilla, que cuenta con un número similar de milicianos en tareas de apoyo.
Los hombres en armas de las FARC están distribuidos actualmente en siete bloques formados por 54 frentes y 12 columnas móviles.