Las visitas del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y del presidente nacional del PRI Enrique Ochoa Reza a Torreón, a raíz de las publicaciones que acusan al gobierno de Rubén Moreira de robar ciento sesenta millones de pesos de dinero público por medio de facturas falsas, dio cobijo y soporte al moreirato desde la cúpula presidencial.
Ante las palabras de Osorio Chong, que al referir al tema de la seguridad dice que La Laguna es muy distinta a la de hace cuatro años, habría que contestarle que la calidad de vida en La Laguna de Coahuila ha bajado de nivel en forma constante desde el inicio del Moreirato hace diez años hasta nuestros días y no solo en el rubro de seguridad, sino en todos los órdenes.
La visita de Osorio refrenda la impunidad que el Gobierno de Peña Nieto ha mantenido en relación con los crímenes de Moreira, en la misma forma en que lo ha venido haciendo de cara a los reclamos de los agraviados coahuilenses y en el plano diplomático frente a la justicia española y texana.
Por lo que hace al jerarca tricolor, fue portador de un doble discurso. Por una parte asegura que su partido hace esfuerzos para combatir la corrupción en el caso del gobernador Duarte de Veracruz y por otra, apoya al régimen dinástico de los Moreira, que fue el prototipo corruptor que pavimentó el regreso a Los Pinos del llamado nuevo PRI, con dinero sustraído de las arcas de los estados gobernados por dicho partido.
A su llegada a Coahuila Ochoa Reza aborda el tema de las elecciones locales del año entrante, y ofrece que el proceso interno de su partido para elegir candidato estará abierto a todo priista que quiera participar en una consulta pública. En tal caso el PRI aprovechará el proceso para placear al Delfín de Moreira por todo el Estado, lo que será un arma de doble filo, porque junto al músculo que muestre su aparato electoral, exhibirá la pudrición esencial que corrompe al Moreirato.
El señor Ochoa sabe que en Coahuila el PRI es propiedad privada de los Moreira y que ningún simple mortal por priista que fuere, que carezca del visto bueno de los dueños de ese partido, puede aspirar a ser abanderado del tricolor.
El presidente del PRI conoce los agravios que los Moreira han inferido a los coahuilenses de todas las regiones, de todos los colores partidistas y de todas las clases sociales, incluidos los empleados públicos de medio nivel, que han sido duramente castigados por el Moreirato en sus salarios cada vez más bajos, en el saqueo de sus pensiones, en el deterioro del servicio médico al que tienen derecho, etcétera.
Ochoa Reza también sabe que las arcas de Coahuila están en quiebra por el robo de los recursos obtenidos con la mayor deuda pública per cápita del país, contraída y reestructurada por los Moreira de modo fraudulento. El pago de los intereses de la megadeuda aunado a la malversación sistemática de dinero público que es propia del sistema Moreira, es una carga constante y creciente que mes a mes corroe el bienestar de los coahuilenses.
En su visita a Torreón, debió ser evidente para Ochoa Reza y Osorio Chong el deterioro de nuestra ciudad, que es el resultado de la falta de inversión en mantenimiento e infraestructura.
Sin embargo de lo anterior, el secretario de Gobernación y el presidente del PRI Nacional dan cobijo a los Moreira y les dan patente de continuismo, y con ello se hacen cómplices de los crímenes del moreirato agravando el descrédito del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los coahuilenses mantenemos la esperanza de un cambio, que sustentamos en nuestra capacidad para generar una gran alianza electoral que cumpla con el propósito que es condición para que tengamos un futuro viable como Sociedad y como Estado: Echar a los Moreira del poder.
Estamos seguros de que el apoyo que brinda el Gobierno Federal al PRI de Moreira no va a funcionar, porque parodiando al poeta y soldado de la República Antonio Plaza (1833-1882), elogiar un gobierno semejante al de Moreira es como afeitar un cadáver, se mella la navaja y se desprestigia el barbero.
