Un año más y otro día para festejar que tenemos memoria y que podemos recordar, repasar aquellos descubrimientos que pretenden llegar a nuestro corazón y sensibilizarnos sobre nuestro hogar, la casa de todos y sus elementos básicos y esenciales.
La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio publicada en 2005, nos recuerda que hemos transformado y simplificado los ecosistemas para resolver las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Que la consecuencia irreversible es la pérdida de biodiversidad y la disminución de muchos de sus beneficios ambientales. Que el agua dulce es un elemento finito y esencial para sostener la vida, y un recurso para el desarrollo y el medio ambiente, es un "bien ambiental, social y económico.
Más del 40 porciento de la población mundial vive en condiciones de estrés hídrico, cerca de 2 millones de toneladas de desechos son arrojados diariamente en aguas receptoras, una estimación de la producción global de aguas residuales es de 1500 millones de metros cúbicos y alrededor de 5 millones de muertes en el mundo se asocian a agua de mala calidad.
Según la evaluación del milenio, el reto de México para 2050, será cubrir la demanda de más de 150 millones de habitantes, una buena parte de la cual provendrá de los acuíferos subterráneos.
Esto no es una buena noticia, en nuestro país, a partir de la década de los setenta, ha aumentado de manera significativa el número de acuíferos sobreexplotados. Aunque la información es imprecisa, todo parece indicar que ya son 130 los acuíferos sobreexplotados. Esto significa que la extracción de agua es mayor que la recarga, lo cual se puede interpretar en un momento dado, como una práctica que contraviene a las disposiciones normativas: las extracciones de volúmenes de agua superiores a las concesionadas, esto es una sobre concesión. "El Artículo 23 de la Ley de Aguas Nacionales establece que el titular de una concesión o asignación en ningún caso puede disponer de volúmenes de agua superiores a los autorizados", sin embargo de acuerdo a las cifras oficiales, aún con las reservas que implica retomarlas como fuente básica, es evidente que las extracciones son superiores a los volúmenes concesionados.
En las regiones áridas y semiáridas del país, que ocupan un poco más del 50 % de la superficie total, los acuíferos subterráneos son a menudo la única fuente de agua o por lo menos la más estable. En estas regiones, las sequías producen daños como pérdidas de cosechas, muerte de ganado y menos agua para la población. "México es uno de los países del mundo que más se abastece con aguas subterráneas."
La mala gestión de las cuencas hidrográficas que afecta la escorrentía e infiltración, así como la agricultura y la ganadería intensiva, que usa el agua como si fuera un recurso infinito, se encuentran entre las causas que más afectan a las aguas subterráneas. De hecho, en el país como en la mayoría de los estados, del total de agua disponible se destina aproximadamente el 80 por ciento a estas actividades económicas. En el mismo sentido, el patrón de cultivos seleccionado por los distintos distritos de riego, no considera el uso de cultivos menos demandantes, y si a esto se agrega el hecho de que todos los esfuerzos tecnológicos como la construcción de presas, el revestimiento de canales y los métodos modernos de riego, cuyo principal argumento es el ahorro del agua, sólo han ocasionado escasez y desertificación, entonces el impacto negativo sobre los acuífero es previsible y peor aun, con una tendencia lineal de crecimiento. Esto ha sido reconocido por usuarios y académicos y se ha documentado ampliamente la existencia de una grave sobreexplotación en el Programa Nacional Hídrico 2014-2018.
Esto ha resultado en el uso no sustentable del agua, en acuíferos sobreexplotados con niveles freáticos abatidos, humedales desecados y ecosistemas riparios que desaparecen con celeridad. En general las capas más profundas tienen una alta salinidad, existiendo áreas con ocurrencia de arsénico y flúor. Los contenidos de cloruros, sulfatos, arsénico y flúor en las aguas superan en muchos casos los valores máximos permisibles para ser consideradas potables. La disponibilidad del agua para el uso humano, tanto en calidad como en cantidad, depende esencialmente del manejo sustentable de los ecosistemas.
Por todo lo anterior, Encuentro Ciudadano Lagunero, un grupo de ciudadanos agrupados en asociaciones civiles conmemoramos el Día Mundial del Agua expresando el siguiente pronunciamiento:
1. "Es necesario que el manejo del agua se realice teniendo como finalidad principal cumplir con el derecho humano al agua, como se establece en los acuerdos y disposiciones internacionales, también adoptados por México, considerando el orden de prelación que establece la propia Ley de Aguas Nacionales y dentro del concepto de Nueva Cultura del Agua (agua-vida), ya que en La Laguna esto no ocurre porque se ha priorizado el uso de este recurso como insumo o mercancía para la producción, principalmente forrajero-lechera, en detrimento de la satisfacción de las necesidades de la población a la cual se ha puesto en riesgo su salud porque se le provee agua entubada pero no potable, debido a la contaminación que presenta conforme a las normas oficiales. En esta región enfrentamos el reto de recuperar nuestros acuíferos sobreexplotados y contaminados: observamos que la concentración monopólica de las concesiones constituye el principal obstáculo para reducir la brecha hídrica regional, ya que es en quienes ostentan la mayor parte de esas concesiones donde se presenta la principal resistencia a aplicar medidas para controlar las extracciones ilícitas de agua que se realizan. Por ello proponemos reiteradamente que se instalen medidores telemétricos en los pozos para tener una medición confiable de los volúmenes que se bombean.
2. Para realizar un manejo sustentable del agua es necesario mantener la salud de los ecosistemas naturales como bosques, pastizales y humedales ribereños. Para ellos apoyamos la implementación de programas como Irritila, pero también proponemos que se regulen las concesiones de la franja federal del Río Nazas, particularmente las ubicadas en el Parque Estatal Cañón de Fernández, se asignen los volúmenes necesarios para mantener el caudal ecológico que conserve este humedal y se controlen las extracciones recientemente realizadas en el acuífero de Villa Juárez, por ya no tener este disponibilidad de agua."