DíAS SIN AYER
Mal empieza el fin de semana si el mismo viernes el futbol nos hace muecas y desprecios, porque el resto termina siendo predecible en cuanto a lo desagradable y no se van encontrando a la mano los argumentos que solventen el asunto y menos aquéllos que le den la explicación adecuada.
En esos seis, siete segundos que el argentino Armenteros persiguió al colombiano Pérez con diez cuerpos de ventaja, vinieron mil pensamientos al canto, pues el técnico debió dotar a su paisano de una moto. Si es volante de apoyo, ¿por qué anda correteando gamos si lo suyo es el juego cansino y estilizado, casi de ballet? Ahora está claro que Santos a veces se muere de nada, hundido entre su plantel limitado de recursos creativos pero al igual carentes del planteamiento que les acomode.
Está claro que Elvis Zubeldía pretende cubrir el medio terreno de gente que recupere y se desdoble al frente, que gesten y concreten, armando paredes o jugadas de asociación con el joven Rodríguez, que parece una buena versión de Llanero Solitario moderno; la idea es buena pero los chicos de apoyo tienen algunos, terror de pisar el área y otros, tienen tanta sutileza que no desean ensuciarse sus zapatos y terminan por quedar como si fueran siluetas pintadas en pared.
A todos, les sobra la disposición y el despliegue físico, lo que se nota es falta del planteamiento adecuado y de nivel de calidad. Y los partidos se ganan con goles, no con buenas intenciones.
Alejandro Tovar
Arcadiotm@hotmail.com
