Don Guillermo Cañedo Bárcena (f) fue todo un personaje. Primero creó la etapa dorada del Zacatepec con Nacho Trelles y su plantel de campeones con Festa, Vela, Izaguirre, Ortíz, Roca, Panchito, Cárdenas, Coruco, Lara, Turcato, Chueco Candia para enseguida pasar al América, donde construyó la base de lo que es hoy en día el equipo de Televisa. Cañedo era un visionario del futbol y poseía las cualidades naturales del líder: encanto personal, palabra convincente, ideas novedosas y un equipo de trabajo donde no faltaba nada.
Sabía escuchar y atendía a todos. A los periodistas les hablaba por su nombre y solía dar pláticas aristotélicas conversando en derredor de la cancha con su interlocutor sujeto del brazo. A su ingenio creativo se debe la formación de la Concacaf y la construcción del Estadio Azteca, con el patrocinio de Emilio Azcárraga Milmo y el talento del Ing. Ramírez Vázquez. A él se debe la consecución de la sede para el Campeonato del Mundo en México en 1970 y la creación del famoso festival OTI.
Fue figura del futbol mundial en la FIFA como vicepresidente a un lado de Joao Havelange, cuando Blatter apenas se asomaba como uno de sus asistentes. Cañedo era siempre un mar de ideas. Siendo líder de los distribuidores de coches en México, porque también él lo era en Automóviles América, comentan que las asambleas eran interminables sin llegar a acuerdos pero cuando aparecía don Guillermo, lograba los consensos y convencía a todos con su planificación que se hacía ley. Su lema se hizo famoso y solía tener un cuadro con la frase en su oficina, algo que se hizo familiar entre quienes le conocimos: "El que se enoja, pierde".
El recuerdo viene a colación de la apertura del nuevo edificio de la FMF en Toluca, donde se han dado anuncios y movimientos sin recordar a quien puso las bases de lo que hoy se tiene, lo cual es injusto e ingrato pero es algo muy propio del ser humano el olvidar con facilidad a quienes tanto han conseguido. Sin embargo, cuando se escucha a Bonilla, como patrón de la liga MX con anuncios que parecen impactantes, sin serlo, cualquiera decepciona porque nunca habla del yerro que obliga a una final con receso, como igual Decio de María sigue priorizando lo económico a lo deportivo en los partidos de la selección.
El futbol mexicano creció con los patrocinios millonarios, los jugadores parecen arbolitos de navidad con cien anuncios en sus uniformes, pero dejó de lado muchos aspectos organizativos como el arbitraje y el trato parejo a todos los clubs, sin distinciones, permiten el sufrimiento de los chicos de Jaguares sin cobrar y solo amonestan, no actúan. Miran de soslayo muchos defectos y no intervienen cuando deben hacerlo por compromisos. Pecan siempre por omisión. Lejos estamos de un líder del nivel de Cañedo, cuya huella sigue siendo histórica, inolvidable, formativa, ineludible pero esos hombres, son irrepetibles.
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