Un alcalde de Filipinas acusado de tráfico de narcóticos fue muerto a tiros en el interior de una prisión cuando la policía y las autoridades del recinto penitenciario llevaban a cabo una inspección en busca de armas y drogas.
Rolando Espinosa, el alcalde de la ciudad Albuera en la isla central de Leyte, y su hijo, fueron acusados por el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, de tráfico de drogas y exigió que se entregaran, y podían ser "liquidados" si se oponían al arresto.
Espinosa entonces se entregó al jefe de la policía nacional, tras advertir que temía por su vida, y fue arrestado el mes pasado.