América firmó un gris debut en el Clausura 2016 y al final agradeció el punto conseguido, luego de empatar sin goles con Puebla. (Jam Media)
Abucheos por doquier se escucharon en Santa Úrsula, 10 minutos antes de las 7 de la noche. Reproches al por mayor por parte de una tribuna hastiada de ver a su equipo fallarle cuando se suponía que comenzaba la máxima fiesta del América por su cumpleaños 100. Silbatina unánime, inclemente, al final del partido ante el Puebla (0-0).
Parece que es un año cualquiera, que el centenario del que presume ser un conjunto poderoso queda muy lejano. Jugadores con la playera azulcrema sin chispa, ni espíritu, que se juntan con Ignacio Ambriz, quien falla al tratar de encontrar el camino para guiar a las Águilas hacia el comienzo de una celebración alegre, digna del siglo que cumplirá la institución el 12 de octubre. Amarga igualada que sólo dio a los emplumados un punto.
En el primer tiempo, los americanistas olvidaron lo que representa la playera que defienden y el futbol vistoso, de goles, al que los obliga su historia y autoestima. Un tiro al marco es todo lo ofrecido por el que alardea ser el equipo más grande del balompié mexicano.
Juego gris, frío como la tarde con poca exigencia ante el marco poblano. El trabajo del meta camotero Cristian Campestrini se limitó a recostarse y cortar las imprecisiones de las Águilas. Darío Benedetto y Carlos Darwin Quintero con mucha voluntad y poca eficacia al frente; Oribe Peralta desangelado. Ambriz aplaudía con el afán de contagiar a sus pupilos de entusiasmo.
En cambio, el Puebla resultó un equipo más combativo. Se entendió mejor, sin una presión excesiva que le hiciera fallar pases sencillos. Tuvo al América en un puño. Estrelló el balón en el travesaño y obligó a Moisés Muñoz a hacer uso de sus reflejos para evitar ser vencido por un remate de cabeza de Matías Alustiza.
El público águila se desesperó ante el mejor juego de La Franja en la primera mitad. Los Camoteros se quedaron con el 56% de la posesión. Los azulcrema terminaron dominados en su propio feudo, en el inicio de los festejos de su primer siglo de existencia. El abucheo sonoro y unánime acompañó a los elementos americanistas al vestidor.
Complemento de la misma tónica. Las Águilas buscaron imponerse y encontraron un mano a mano de Peralta con Campestrini, que ganó éste con un achique. Puebla vino a más y, de no ser por Muñoz, la máxima figura de los locales, se hubieran ido al frente. Alustiza y Christian Bermúdez se vieron frustrados en dos ocasiones por el guardameta amarillo, quien hizo atajadas dignas de cuidar la fiesta del centenario.
Ímpetu visitante que terminó diluido como en la primera mitad. Poco a poco disminuyó la peligrosidad del Puebla, que se replegó y le concedió el esférico a los azulcrema.
El América se estrelló contra su falta de imaginación. Ambriz se desesperó y metió a dos de los tres refuerzos que le llevó su directiva en el mercado de piernas pasado. Pero no pesaron. William da Silva y Brian Lozano resultaron intrascendentes en el partido. Hicieron lo mismo que los denostados por la tribuna Peralta y Quintero, los dos últimos fichajes multimillonarios que hicieron los de Coapa (21 mdd entre ambos).
Fue el primer fiasco del centenario águila.
DE POSESIÓN
del balón tuvo el Puebla en el encuentro de ayer ante el América, en el estadio Azteca.
TIROS
realizó Puebla en el encuentro, seis fueron a la portería, por 12 del América, 3 a puerta