Whoppi Goldberg. Foto:Vanity Fair
Gracias a una sólida trayectoria de más de cuatro décadas, la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz se ha consolidado como una de las retratistas más importantes del mundo, las célebres imágenes de infinidad de personajes famosos que su lente ha captado así lo constatan; pareciera que Annie tiene el poder de convertir en ícono a todo aquel que se posa frente a ella.
A estas alturas de la historia, sin importar el ámbito en que nos desenvolvamos, es probable que todos hayamos visto al menos una fotografía de Annie Leivobitz, ya que por su cámara han pasado las grandes estrellas de la cultura popular, actores bailarines, humoristas, músicos, artistas, escritores, creadores, periodistas, atletas, empresarios, activistas sociales y políticos.
Además de la calidad de sus tomas, el hecho de trabajar para influyentes revistas como Rolling Stone, Vanity Fair y Vogue y ser autora de sus más icónicas portadas ha contribuido a proyectar su trabajo a nivel mundial y a convertirla en toda una “leyenda viviente”, tal como la nombró la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos en el año 2000.
Entre sus retratos más memorables se puede mencionar la fotografía de John Lenon y Yoko Ono en la que el exbeatle aparece completamente desnudo, acurrucado y aferrado a una Yoko completamente vestida, una instantánea que debe su fama no sólo a la carga simbólica de la composición sino a que fue la última que se le realizó al legendario músico; una horas después de que John oyera el clic del obturador de Leibovitz capturando la esencia de su relación con Yoko, escucharía el disparo que puso fin a su existencia.
También están en la lista de las fotografías más famosas de Annie la que le hizo a Whoppi Goldberg en una tina llena de leche, una de Meryl Strep estirando su rostro, otra más de Demi Moore desnuda mostrando su avanzado embarazo y una reciente serie de la reina Isabel II de Inglaterra.
Aunque muchos afirman que la estética de su fotografía es inconfundible, ella no cree que sea así: “Cada situación, cada retrato es diferente y tienes que encararlo de distinta manera”, dijo en una entrevista en 2014.
Podría decirse que el trabajo de Leibovitz es meramente comercial ya que la mayor parte de él se ciñe a los esquemas de las revistas de moda y campañas publicitarias de gran perfil -no en vano es considerada como la fotógrafa mejor pagada del mundo- pero no cabe duda de que existe una aspiración artística en cada una de sus capturas. Desde sus inicios como fotógrafa de Rolling Stone (1970), Annie se ha esforzado por derribar las barreras entre lo comercial y lo artístico e incluso se define a sí misma como una artista conceptual que ha elegido la fotografía como medio de expresión.
“Yo venía con mis estudios de Bellas Artes en el San Francisco Art Institute, donde estudié a Robert Frank, a Cartier-Bresson, el reportaje personal, la fotografía callejera… apliqué todo eso a los encargos de la revista y las portadas que hice desarrollaron mi estilo de retratos. Desde el principio supe que iba a ser difícil negociar la tensión que existe entre el papel comercial de la revista y mi interés artístico. Pero siempre he intentado estar en la mejor situación dentro del ámbito comercial”, compartió con el diario ABC de España.
LEIBOVITZ EN MÉXICO
Pero no sólo a Hollywood se dirige el objetivo de la fotógrafa; ha incursionado también en el ámbito deportivo, es la autora de los carteles oficiales del Mundial de México 86 y los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, y además está interesada en la fotografía política y social.
Es en esta línea de lo social se inscribe su exposición Women: new portraits (Mujeres, nuevos retratos) que Annie Leibovitz expuso en México durante este mes de julio en el Proyecto Público Prim, una viaja casa construida en el siglo XX, ubicada en la colonia Juárez de la Ciudad de México, hoy reconvertida en recinto cultural.
La muestra está conformada por más de 20 fotografías de mujeres destacadas, como la activista paquistaní Malala Yousafzai, la política birmana Aung San Suu Kyi y la bailarina afroamericana Misty Copeland y es continuación de la serie y libro iniciados con su expareja, la escritora Susan Sontag.
La fotógrafa señaló que retratar a estas mujeres ha sido como “fotografiar el océano” y le ha permitido notar “el grado de confianza que ha alcanzado la mujer en sus distintos roles, con respecto a 1999, cuando empecé la serie”, afirmó ante los medios nacionales en la inauguración de la exposición.
La Ciudad de México formó parte del tour de la exposición de Leibovitz, que además de haber estado ya en nuestro país, se ha exhibido en Londres, Tokio, San Francisco, Singapur, Hong Kong y que próximamente llegará a Milán, Fráncfort, Nueva York y Zurich.
FOTOGRAFÍA Y FEMINISMO
“Tenemos que gustarnos a nosotras y estar con la gente que pueda apoyarnos”, dijo la fotógrafa, quien en su visita a México aprovechó para retratar a la escritora Elena Poniatowska y a Andrea Medina Rosas, la abogada especializada en derechos de la mujer que llevó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos en 2007 el caso del Campo Algodonero y logró que se responsabilizara al Estado mexicano de los asesinatos de género en Ciudad Juárez Chihuahua.
Leibovitz señaló que la violencia tanto institucional como doméstica sobrevuela en Women: new portraits e insistió en la importancia de señalarla porque “debemos entender que para poder tener una democracia plena en el exterior, debemos luchar primero por tener democracia en nuestros hogares”.
Añadió que para ella es importante que no le pregunten cuál de todas es sus fotografías es su favorita pues cree en el poder del conjunto y en la importancia de que todas las mujeres estén democráticamente colocadas en la exposición.
“Tengo una anécdota que refleja el sentido de este trabajo y es el de una madre cuya niña, luego de ver mis imágenes, le dijo: 'Mamá, cuando sea grande, quiero ser mujer'”, expresó.
DE LAS REVISTAS A LAS GALERÍAS
Annie Leibovitz nació el 2 de octubre de 1949. Es la tercera hija del matrimonio judío compuesto por Samuel Leibovitz, un Teniente Coronel de las Fuerzas Armadas, y Marilyn Heit una instructora de danza contemporánea. Comenzó su carrera como fotoperiodista de la revista Rolling Stone en 1970, siendo todavía estudiante del San Francisco Art Institut. Desde entonces sus fotografías han aparecido regularmente en la portada de la revista. En 1983, cuando se unió al equipo de Vanity Fair, se consolidó como la principal fotógrafa de rock y como una astuta documentalista del paisaje social. A lo largo de más de tres décadas en dicha publicación, y posteriormente en Vogue, Leibovitz ha construido un gran y distinguido portafolio que incluye algunos de los más reconocidos retratos de nuestros tiempos.
Varias de sus colecciones han sido publicadas por revistas de gran renombre y exhibidas en museos y galerías de todo el mundo, desde la National Portrait Gallery de Washington D. C. y la National Portrait Gallery de Londres hasta el El Museo del Hermitage de San Petersburgo, Rusia.
Ha recibido una gran cantidad de reconocimientos. En 2006 el gobierno francés la condecoró con el nombramiento de Comandante de la Orden de las Artes y las Letras. En 2009 recibió el Premio a la Trayectoria del Centro Internacional de Fotografía, el Premio a la Excelencia Creativa de la Sociedad Americana de Editores de Revistas y la Medalla Centenario de la Real Sociedad Fotográfica de Londres.
En 2012 fue reconocida como Mujer Destacada en el Arte y recibió el Premio Wexner por parte del Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles. En 2013 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.