Existen por lo menos tres estrategias para paralizar a Donald Trump en su terca y ofensiva campaña en contra de México y de los inmigrantes mexicanos.
La primera -que no funcionó-es ignorar los desatinos del arrogante magnate bajo la creencia de que sus aspiraciones presidenciales se toparían con pared en el partido Republicano, cosa que no ocurrió.
La segunda estrategia que se sigue hoy en día con magros resultados, es denostar a Trump a través de los políticos mexicanos y mediante protestas de grupos latinos en territorio norteamericano. Aunque duela, lo cierto es que estos ataques sólo fortalecen al nefasto precandidato al igual que su popularidad en los sectores conservadores y racistas del vecino país.
La tercera estrategia que puede resultar la más efectiva, parte de la base de que el empresario neoyorquino no sólo puede obtener la candidatura por el Partido Republicano, sino también llegar a la Casa Blanca en enero del 2017.
Presupone también otra cruda realidad: gane o pierda Trump la presidencia en las elecciones de noviembre, su furia hacia México permanecerá por mucho tiempo y será fuerte influencia para que las políticas migratorias se endurezcan en un futuro --¿más todavía?-y para que se reavive el clima antiinmigrante.
Por ello es menester actuar y pronto a través de una campaña amplia y extensa -básicamente en territorio norteamericano-para destacar las bondades de la relación económica y comercial entre México y Estados Unidos y la aportación de millones de mexicanos a lo largo de la historia.
Simultáneamente diseñar un plan de relaciones públicas -"lobbying" le dicen los expertos-para explicar y convencer a Trump y a sus asesores que sus teorías y proyectos migratorios están equivocados, rebasados y resultan ridículos en pleno siglo XXI.
Nadie en su sano juicio puede creer que un muro fronterizo de mil millas por más elevado y grueso que sea, frene el ingreso de indocumentados a suelo yanqui. Para eso se inventaron los túneles, los aviones, las lanchas rápidas, las visas de turistas y quien sabe cuántas cosas más que utilizan nuestros paisanos y miles de migrantes para llegar a la tierra del tío Sam.
Obviamente Trump tampoco se la cree, pero su perorata le ha funcionado para elevar su popularidad. Y lejos de modular sus vociferaciones contra México las ha aumentado a niveles preocupantes por la demencia y odio que conllevan.
En un reciente comunicado de campaña, Trump enfatiza qué si México no paga la construcción del muro, utilizará las remesas que anualmente envían los mexicanos para financiar la obra.
En una abierta amenaza, Trump advierte que "es una decisión fácil para México: hacer un solo pago de 5 a 10 mil millones de dólares para asegurar que el flujo de $ 24,000 millones de dólares de remesas sigan llegando año tras año".
Según Trump la barda costará entre 10 y 12 mil millones de dólares lo que supuestamente protegerá a Estados Unidos de indocumentados y del tráfico de drogas.
Las advertencias del copetón y petulante millonario no terminan ahí, en caso de llegar a la Presidencia modificará tarifas comerciales, cancelará visas de turistas y de negocios para mexicanos prominentes, incrementará costos de las visas y establecerá un pago para el cruce fronterizo.
Todo esto, pues, en caso que México no financie la construcción de la barda divisoria.
Así las cosas, más le valdrá al gobierno de Enrique Peña Nieto organizar de inmediato esta estrategia de convencimiento y persuasión, a fin de que Trump y sus cercanos colaboradores conozcan bien a México, a los mexicanos y los lazos históricos de amistad -con alguna que otra guerra intermedia-- que han existido con Norteamérica.
Para eso los políticos capitalinos se pintan solos y más si se trata de viajar gratis por la Unión Americana para promover esta campaña de imagen. Trump necesitará además el voto latino para llegar al poder y para ello le convendrá poner un alto a sus agresiones contra nuestro país.
Bien dice que no hay loco que coma lumbre, estamos a tiempo para esta avanzada diplomática antes que Trump llegue al poder con un discurso y políticas que provocarán daños económicos, sociales y políticos devastadores para nuestro país.
APUNTES FINALES…
Que numerito se traen los políticos y la clase poderosa de la capital azteca por el programa "Hoy no circula" recién endurecido… En el fondo la alta sociedad no quiere dejar sus autos con chofer y abordar el democrático metro uno o dos días a la semana… En Islandia la balconeada por los Panama Papers obligó al primer ministro a renunciar de forma inmediata… Y en México, ¿cuándo dimitirán los políticos que son exhibidos por algún delito o actos no éticos?... Sólo siete meses duró el académico Miguel Basáñez en la embajada de Estados Unidos… Ya se sabía, Basáñez no tenía experiencia diplomática y su mérito principal fue ser colaborador y amigo de Enrique Peña Nieto cuando gobernaba el Estado de México.
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