El gobierno de Obama dijo a una magistrada federal ayer viernes que estaría dispuesto a permitir que Apple Inc. conserve la posesión y posteriormente destruya el software especializado que se le ha ordenado diseñar con el fin de ayudar al FBI a hackear un iPhone codificado que fue utilizado por un perpetrador del tiroteo de diciembre en California.
El gobierno dejó claro que estaba abierto a opciones menos invasivas en un nuevo petitorio legal cuyo fin es acallar las críticas públicas que hizo el director general de Apple, Tim Cook, quien señaló que crear el software sería "demasiado peligroso" porque pondría en riesgo la privacidad digital de millones de usuarios de iPhones en el mundo.
"Apple podría mantener la custodia del software, destruirlo después de su propósito de conformidad con la orden emitida, rehusarse a distribuirlo fuera de Apple y dejar claro al mundo que no es aplicable a otros dispositivos o usuarios sin órdenes de la corte", dijo el Departamento de Justicia a la jueza Sheri Pym. "Nadie fuera de Apple tendría acceso al software requerido por la orden a menos que Apple decida compartirlo".
En la disputa verbal entre el gobierno de Estados Unidos y una de las compañías más respetadas del mundo, el Departamento de Justicia argumentó que Apple tiene la capacidad técnica para cumplir con una orden judicial, pero que no lo haría porque esa es su estrategia de mercadeo.
"Apple ha intentado diseñar y vender sus productos para permitir que la tecnología, y no la ley, controlen el acceso a los datos que esta corte ha requerido para una importante investigación", dicen los documentos presentados en la corte.
El debate llegó hasta la campaña presidencial de Estados Unidos.
El precandidato presidencial republicano Donald Trump pidió ayer el boicot a los productos de Apple hasta que la empresa tecnológica cumpla la orden del FBI de ayudar a desbloquear un teléfono iPhone en un caso de terrorismo.
Trump se refirió al tira y afloja que mantiene Apple con el Buró Federal de Investigación (FBI), que exige a la compañía desbloquear el teléfono usado por uno de los autores del atentado del pasado 2 de diciembre en San Bernardino (California), que dejó 14 muertos.
MUERTOS
dejó el ataque a San Bernandino.