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Apuntes sobre la elección

Períferico

ARTURO GONZÁLEZ GONZÁLEZ

A una semana de la jornada electoral en la que se eligieron gubernaturas en 12 estados, además de congresos y ayuntamientos, han surgido numerosos análisis con la intención de explicar el triunfo del PAN en 7 entidades contra las 5 que ganó el PRI, partido que aspiraba, según su dirigente nacional, a quedarse cuando menos con 9. Pero para tratar de comprender lo ocurrido, es necesario partir de la realidad particular de cada estado y, una vez que se tienen todos los fragmentos, armar el rompecabezas general. Hacerlo al revés, de lo general a lo particular, resulta mucho más complicado sino es que incorrecto. En este artículo se abordan los primeros apuntes de lo que se refiere a la elección de Durango, estado en el que por primera vez en más de 80 años gobernará una fuerza política distinta al PRI.

I. Alzas y bajas. De acuerdo con los datos del Programa de Resultados Electorales Preliminares, a José Rosas Aispuro, candidato por segunda vez del PAN-PRD, le bastó conseguir alrededor de 7,500 votos más que en la elección de 2010 para ahora sí lograr derrotar al candidato impulsado por el PRI y sus aliados, en este caso Esteban Villegas. Su porcentaje de votación apenas subió 1.4 % en seis años, lo cual significa que su base de votantes se movió muy poco. Por su parte, Villegas obtuvo casi 30,000 sufragios menos que los que sacó Jorge Herrera en 2010 y cayó 4.4 % en el nivel de votación. Esta sangría para el candidato oficial en la pasada elección se puede explicar por la disminución de la participación de electores identificados con el PRI o por el cambio de preferencia de otros que tradicionalmente votaban por el tricolor.

II. Las regiones. Como ocurrió hace seis años, Rosas Aispuro ganó los cinco distritos asentados en la capital, pero perdió los cinco de La Laguna. En 2010, la ventaja que obtuvo en Durango (de 11,000 votos) fue revertida por el triunfo priista en la comarca (con una diferencia de 19,000). Los electores laguneros fueron los que inclinaron la balanza en favor del hoy mandatario estatal. En 2016, la ventaja del candidato del PAN-PRD en el centro del estado fue cinco veces mayor, además de que subió su nivel de votación en Gómez Palacio y Lerdo y acortó la diferencia negativa que había tenido seis años antes. En resumen, José Rosas Aispuro fue más contundente en su triunfo en la capital estatal y su derrota en La Laguna menos abultada.

III. Voto oculto y voto cruzado. Mucho se ha hablado del gran fracaso de las encuestas independientes de preferencias electorales a la hora de mostrar un posible panorama real de resultado. Los primeros análisis que realizan las casas encuestadoras apuntan a que se dio un alto nivel de voto oculto, es decir, electores que no manifestaron en los sondeos su verdadera intención de sufragio o que lo cambiaron de último momento. Y esto es lo que pudo haber ocurrido en Durango capital y, en parte, en La Laguna, en donde se presentó además el voto cruzado, o sea, ciudadanos que tachan un partido en la boleta para gobernador y otro en la de alcalde. Esto fue lo que ocurrió en Gómez Palacio y Lerdo, en donde el PRI y sus aliados obtuvieron alrededor de 20,000 votos más en la elección de la alcaldía que los que sacaron en la contienda para gobernador en ambos municipios. Y, curiosamente, la diferencia entre Rosas Aispuro y Villegas a nivel estatal fue de unos 22,000 sufragios. En la capital, el candidato del PRI a la alcaldía y Villegas sacaron prácticamente los mismos sufragios. En síntesis: quienes votaron por las candidatas locales del PRI en Gómez y Lerdo y no lo hicieron por el aspirante estatal marcaron la diferencia.

IV. Razones. A primera vista, lo que llama la atención con los resultados desmenuzados arriba es que, en términos generales, La Laguna siga siendo fiel al PRI, partido del que han emanado gobiernos estatales que han abandonado a esta región; y que Durango capital haya castigado, más duramente incluso que hace seis años, al tricolor a pesar de que la mayor parte del presupuesto estatal ahí se concentra. El castigo hacia el PRI en el centro fue tal que este partido perdió los cinco distritos en la elección de diputados y el ayuntamiento, cosa que no ocurrió en 2010. Y en la comarca, el tricolor conserva las alcaldías, las diputaciones, pero saca una ventaja insuficiente en la elección de gobernador para revertir el mal resultado de la capital. Aunque es difícil saber a ciencia cierta las razones de estos fenómenos, la visión de conjunto permite dibujar una hipótesis: el voto de castigo fue más hacia el grupo en el poder, el de Hernández Deras y Herrera Caldera, que llevan 12 años gobernando la entidad y pretendían seguir otros seis, que para el PRI en sí. Porque a fin de cuentas este partido conserva la mayoría en el congreso, pero no con diputados ligados a este grupo, los cuales casi todos perdieron. Y las alcaldías en La Laguna las ganan candidatos no pertenecientes al grupo mencionado.

V. Factores externos. Por último, queda revisar dos elementos que se han comentado en los últimos días. En primer lugar está la imagen del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, cuyo nivel de aprobación en las encuestas ha llegado en este año a su peor momento. ¿Qué tanto influyó esto en la elección de Durango? Sin duda, algo, pero es difícil creer que haya sido determinante, ya que entre los estados en donde la imagen del titular del Ejecutivo federal es menos negativa destaca Durango. En segundo lugar está el llamado que hizo la Iglesia Católica en las homilías a ejercer un voto de "conciencia" y no favorecer a quienes, según los jerarcas religiosos, han "atentado contra la familia", en franca alusión a la aprobación de las uniones entre personas del mismo sexo y su posibilidad de adoptar hijos. En este punto, resulta complicado asegurar que el llamado haya tenido alguna influencia o, al menos, una influencia mayor a la de los otros factores descritos. De cualquier forma, es muy difícil de medir.

En resumen, se puede establecer como hipótesis que el PRI pierde la gubernatura de Durango por una mala gestión del grupo dominante que provocó cierto grado de hartazgo o insatisfacción dentro del propio priismo. Pero no se puede dejar de lado que también pierde frente a un candidato opositor con alto nivel de conocimiento e, incluso, aceptación entre los propios priistas, ya que él también lo fue. Aquí no se puede perder de vista que el PAN no ha generado en los últimos años un "cuadro propio" lo suficientemente competitivo. Y si bien el PAN tendrá en sus manos por primera vez el gobierno estatal de Durango, no así el Congreso ni la mayoría de las alcaldías. O sea, va a tener que gobernar de forma compartida.

Twitter: @Artgonzaga

E-mail: argonzalez@elsiglodetorreon.com.mx

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