“Scola tenía una inteligencia refinada, una gran ironía, era un caballero y yo lo quería mucho”, concluyó la actriz. (EFE)
La actriz Sophia Loren asistió hoy, en esta capital, a la capilla ardiente donde fueron velados los restos del cineasta Ettore Scola, quien falleció la noche del martes a los 84 años por causas naturales.
Loren se negó hacer declaraciones a la prensa que la asedió el tiempo que permaneció en la Casa del Cinema de Roma, donde decenas de personas desfilaron para dar el último adiós al autor de películas como Una jornada particular, Nos amábamos tanto, El baile o La familia.
“No puedo hablar por la emoción”, fueron las únicas palabras de la actriz, de 81 años, que vestida con un pantalón negro, un abrigo gris y una pañoleta beige subió discretamente por un elevador interno a la sala Deluxe, donde fue colocado el ferétro con los restos del realizador.
Loren habló con la viuda de Scola, Gigliola, y con sus hijas Paola y Silvia, antes de salir de la sala y abandonar la Casa del Cinema a bordo de un auto con chofer.
En declaraciones publicadas este jueves por el diario Corriere della Sera, la diva dijo sentirse “adolorida” por el fallecimiento de Scola, al que calificó como “un gran director y un verdadero hombre de cultura, que con sus películas supo contar Italia al mundo”.
Señaló que el realizador le regaló “la posibilidad de interpretar al lado de Marcello Mastroiani un filme extraordinario, que amo mucho”.
Se refería a Una jornada particular, de 1977, en la que ella interpretó el papel de una ama de casa frustrada casada con un fascista y vecina de un periodista (Mastroianni), vigilado y deportado por la policía de la dictadura de Benito Mussolini a causa de su homosexualidad.
Loren recordó que los inicios del rodaje de esa película no fueron fáciles, pues resultó una apuesta que actores como ella y Mastroianni, símbolos de juventud y belleza, interpretaran a personajes marginados.
“El director era amigo de Mastroianni y sobre él no tenía dudas, pero sobre mí sí, pues temía que mi exhuberancia física no me permitiera entrar en el papel de una mujer no maquillada y demacrada”, declaró.
Reveló que al inicio de la filmación su marido, el productor Carlo Ponti (ya falecido), llamó telefónicamente a Scola para preguntarle cuál era el problema que había hecho llorar a la actriz.
“Has hecho llorar a Sophia, quizá no se siente a gusto, quizá son esas ropas”, demandó.
Pero el realizador respondió que Loren era una gran actriz y que era ella la que debía entrar en esos vestido y no que éstos debían ser cambiados.
“Scola tenía una inteligencia refinada, una gran ironía, era un caballero y yo lo quería mucho”, concluyó.
Por la capilla ardiente también desfilaron desde el expresidente italiano, Giorgio Napolitano, hasta los cineastas Paolo Sorrentino, Paolo Taviani, Giuseppe Tornatore y Enrico Vanzina, o los actores Gian Carlo Giannini, Carlo Verdone y Simona Marchinni, así como personajes de la política, la cultura y el deporte.