Paolo Maldini (2i), una de las leyendas del futbol italiano, llega al funeral de su padre, Cesare Maldini, exjugador del Milán y seleccionador de Italia y de Paraguay, en la basílica de San Ambrosio en Milán, Italia. Asisten miles a despedir a Cesare Maldini
Miles de personas, incluidos jugadores, dirigentes deportivos y el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, participaron ayer en los funerales del exentrenador y excampeón del futbol, Cesare Maldini.
Tras fallecer por causas naturales la madrugada del domingo pasado a los 84 años de edad, las exequias fueron realizadas este martes en la basílica milanesa de San Ambrosio.
El féretro fue escoltado por agentes de tránsito en motocicleta y acompañado por familiares, entre ellos el hijo de Maldini, Paolo, también campeón futbolístico.
Asimismo asistieron jugadores, exjugadores y dirigentes del Milán (la escuadra en la que el difunto desarrolló su carrera entre 1954 y 1966), como Andriy Shevchenko, Serginho, Clarence Seedorf, Filippo Inzaghi, Massimo Ambrosini, Daniele Massaro o Luisito Suárez.
También hicieron acto de presencia desde el vicepresidente del Milán, Adriano Galliani, hasta Sinisa Mihajlovic, Riccardo Montolivo, Filippo Galli, Christian Brocchi y el vicepresidente del Inter, Javier Zanetti.
Visiblemente conmovido, el exprimer ministro Silvio Berlusconi, propietario del Milán, entró en la basílica de San Ambrosio durante la homilía pronunciada por el sacerdote Erminio De Scalzi.
"Todos lo recordamos como gran jugador, óptimo entrenador, uno de los personajes más queridos del mundo deportivo, un modelo de señorilidad en el comportamiento, un símbolo de los altos valores del deporte, un descubridor de talentos", dijo el prelado en la ceremonia.
Pero, añadió, "detrás del personaje público hay siempre un hombre con sus preguntas, sus fragilidades y sus afectos, y al mirar la vida de Maldini digo que no fue solamente un gran deportista, sino sobre todo un hombre, una persona amada, un marido, un padre y un abuelo".
Como capitán del Milán, en 1963 Maldini levantó la primera Copa de Europa del equipo rojinegro, tras derrotar en Wembley al Benfica.
Fue segundo entrenador de la selección italiana que en 1982 ganó el Mundial de España y se hizo cargo de la sub21 italiana, con la que ganó el Europeo durante tres años consecutivos.
Pasó a ser entrenador principal para el Mundial de 1998, donde Italia perdió en cuartos de final ante la anfitriona Francia, que después se proclamaría campeona.
En 2002 se retiró tras una breve experiencia al frente de la selección paraguaya.