Con una impresionante lluvia de balas, que duró cerca de una hora, recibieron el año los habitantes de esta ciudad fronteriza.
"En los últimos años recibir el año nuevo se ha vuelto un terror, y literalmente la gente se tira al piso por miedo a ser alcanzada por una bala perdida", dijo José González, habitante del fraccionamiento Pima I, ubicado a unos metros de la línea fronteriza con Estados Unidos.
El padre de cinco niños describió el terror de su familia y el llanto de su hija más chica, de 6 años, que no quería estar debajo de la cama. "Estuvimos pecho tierra por casi una hora, los balazos empezaron como cinco minutos antes de las 12 de la noche". Hasta ayer, circulaba un video donde se escuchan las detonaciones.