Soporte. Miles de mujeres latinoamericanas luchan por sacar adelante a sus familia. Una gran parte de éstas se dedica al servicio en hogares de Estados Unidos, como lo hace Viviana.
La incorporación y permanencia laboral de las mujeres de países desarrollados ha empujado a sus sociedades a demandar mano de obra femenina migrante en la atención del hogar como de niños y ancianos, reveló Genoveva Roldán, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
Destacó que esto no es coyuntural: se ha gestado desde hace años, pues cada vez hay más empleadas en el sector de servicios, al tiempo que la fuerza laboral masculina ha experimentado una precarización que impacta en la subsistencia de sus familias.
En el marco del III Seminario-Taller Migración Femenina. Globalización de la Maternidad y del Cuidado, la investigadora resaltó que es imposible ignorar la incidencia de este fenómeno en Estados Unidos, pues en 2014 esta nación tenía 23.4 millones de personas nacidas en Latinoamérica y la mitad eran mujeres.
De ellas, se calcula que 41 por ciento es parte de la población económicamente activa de la Unión Americana, aunque este dato puede estar subestimado debido a que los censos no contemplan el empleo doméstico ni el de atención de menores de edad o ancianos por considerarlos poco regularizados.
Al impartir la charla "La migración de mexicanas calificadas a Estados Unidos. Enfermeras y cuidadoras de la salud", Telésforo Ramírez, catedrático del Conacyt asignado al Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM, destacó que ha aumentado su incorporación al mercado de trabajo internacional.