Foto: Archivo Siglo Nuevo
La biometría es una tecnología de identificación que está basada en el reconocimiento de una las características físicas intransferible de las personas, por lo que ha sido considerado por mucha gente como el sistema de identificación más seguro. Comprender cómo funciona puede ayudar a aclarar si esto es cierto.
La escena es recurrente en el cine de acción: las agencias especializadas de seguridad son capaces de encontrar a un delincuente específico con sólo cargar una fotografía de su rostro a un software que compara los rasgos de la imagen con los miles y millones de rostros que registran las cámaras de seguridad de todo el mundo hasta dar con la que hace match, es decir, con la que empata completamente. ¿Increíble, cierto? Pues aunque parezca una más de las exageradas artimañas de Hollywood, nuestra sociedad está a punto de lograr este tipo de cosas gracias al avance de la biometría.
¿QUÉ ES LA BIOMETRÍA?
La biometría es una tecnología de identificación que está basada en el reconocimiento de una característica física e intransferible de las personas, como puede ser la huella digital, el reconocimiento del patrón venoso del dedo o el reconocimiento facial. La biometría es un excelente sistema de identificación de la persona que se aplica en muchos procesos debido a dos razones fundamentales: seguridad y comodidad.
Entre las aplicaciones de identificación con biometría están el control de acceso biométrico, el control de presencia biométrico, el log on biométrico para aplicaciones de software a sistemas operativos o cualquier otra aplicación de identificación mediante la incorporación de un lector biométrico.
Ejemplos de uso de la aplicación de la biometría hay muchos y van desde los checadores digitales hasta los datos que recaban por ejemplo el Servicio de Atención Tributaria para la integración de la Firma Electrónica Avanzada (Fiel), pasando por los sensores dactilares de celulares como iPhone o el Windows Hello, el sistema de autenticación biométrica de Windows 10.
La biometría más sofisticada funciona como un sistema automatizado de reconocimiento humano basado en las características físicas y también del comportamiento de las personas. Se trata del mismo sistema que utiliza el cerebro humano para reconocer y distinguir una persona de otra.
Digamos que la biometría es un sistema que reconoce a la persona basándose en quien verdaderamente es sin importar la ropa que vista , los documentos que cargue o los datos que sepa, ya que todas estas cosas son susceptibles a extravíos, falsificación, olvidos o robos.
En lugar de eso, la tecnología biométrica se fija en quién es la persona, basándose en una única e inalterable característica humana que no puede ser perdida, olvidada, sustraída o duplicada. Así pues, los sistemas más modernos de biometría que se están desarrollando en todo el mundo, proporcionan el máximo nivel de seguridad, conveniencia y facilidad de uso.
BIOMETERÍA DE PUNTA
El avance de la biometría y sus aplicaciones está ligado a problemáticas que preocupan mucho a la sociedad actual, como la suplantación de la identidad en cualquier proceso que requiera identificación a través de un sistema informático, y donde claves, nombres de usuarios y demás códigos se quedan cortos ante la amenaza permanente de los hackers.
El sector bancario es uno de los más preocupados en este sentido. Algunos estudios señalan que muchos bancos han incrementado la inversión en seguridad y resistencia de sus sistemas informáticos en los últimos años, sin hallar tregua ante el creciente riesgo de ciberataques y amenazas cada vez más complejas e intensas.
Algunos ejemplos de empresas que están trabajando en el desarrollo de sistemas biométricos son las españolas FacePhi y Herta Security.
La primera de ellas acaba de firmar su primer gran contrato internacional con BBVA Previsión AFP, filial boliviana del banco español, para la implantación de su software entre los clientes, el cual estará dirigido en primera instancia a los pensionistas con el objetivo evitar los casos de suplantación o gestión de la pensión una vez fallecido el beneficiario. Posteriormente el sistema se extenderá a todos los usuarios la banca online de dicha institución.
“Gracias a nuestra tecnología, una cámara como la de cualquier ordenador o móvil detecta si hay una cara y, con unos algoritmos, genera un patrón facial de la misma, algo así como un password gigante. El patrón se compara con la base de datos de la entidad, que deduce con muy poco margen de error y en cuestión de segundos si es o no la persona correcta”, ha explicado Javier Mira, cofundador y vicepresidente de FacePhi.
El software patentado por FacePhi incorpora un sistema de reentrenamiento, de forma que el dispositivo es capaz de identificar a una persona aunque cambien algunos rasgos de su cara por causas como la edad, el peso, etcétera, “Si yo te conozco hoy y no te veo hasta dentro de un año, probablemente entonces me sonará tú cara, pero quizá no sepa ubicarte. Sin embargo, tu familia y amigos te reconocen aunque estés de lado, con gafas o te dejes barba. Eso es porque sus cabezas han registrado muchas imágenes tuyas, y te identifican de forma muy eficaz. Nuestra tecnología funciona igual: cuantas más veces te registres, más fácilmente te identificará, aunque haya cambios visibles”, explica el directivo de FacePhi.
Herta SecurityHerta Security, por su parte, destacó el año pasado por aplicar su software en el operativo de seguridad de la entrega de los Globos de Oro, en Los Ángeles. La idea, en este caso, era impedir que los acosadores de estrellas y los party crashers aguaran la fiesta.
Para tal fin, Herta Security tenía registradas las caras de unas cuarenta personas susceptibles de dar problemas en este tipo de ceremonias. Se trataba de monitorizar a la muchedumbre agolpada alrededor de la alfombra roja para cribar posibles sospechosos. El software realiza un barrido en tiempo real y detecta los rostros, extrae una imagen de cada uno, la parametriza con algoritmos y la convierte en vectores, que se comparan con los patrones de la base de datos. Si hay algún match -a partir del 50 por ciento de concordancia-, el sistema alerta a los operarios, que, eso sí, deben corroborar personalmente las sospechas.
Para interpretar sentimientos, los programas necesitan, de nuevo, patrones. En este sentido, las empresas implicadas parten del trabajo del psicólogo norteamericano Paul Ekman, hoy octogenario, que lleva más de cuatro décadas catalogando microexpresiones para estudiar las emociones. Su Facial Action Coding System recoge más de cinco mil movimientos musculares e identifica su significado emocional.
Desde las premisas de Ekman, las empresas mencionadas están construyendo gigantescas bases de datos que ya forman parte de sus herramientas comerciales.
COMO EN EL CINE
Uno de los campos donde más resultados positivos se espera obtener con la aplicación de la biometría es en la búsqueda de delincuentes. El año pasado, el FBI dio un paso importante en este rubro, al emplear al sistema Next Generation Identification (NGI) en la búsqueda y posterior detención de un pederasta que llevaba 19 años prófugo.
Justo como hemos visto en las películas, este software compara las fotos policiales de los delincuentes con bases de datos de imágenes de todo tipo, como fotografías de agencias estatales, videos policiales y cámaras de seguridad. El sistema NGI contiene casi 125 millones de huellas dactilares y 24 millones de fotos policiales, y es capaz de comparar tatuajes, cicatrices o voces.
Aunque todo esto parece muy alentador en términos de seguridad, no hay que perder de vista que en un mundo como el que vivimos, lleno de cámaras de seguridad, dispositivos móviles capaz de videograbar, el uso de imágenes captadas no sólo lo puede realizar la policía o el Estado, sino también las empresas privadas, lo que reabre el debate de la privacidad. Muchos ven en esa captura masiva de imágenes una amenaza al anonimato. El otro gran problema a vencer es la latente amenaza de hackeo, una situación que no permite asegurar que la biometría es el sistema de identificación más seguro y definitivo, pues como el mismo Javier Mira, “en tecnología todo es 'hackeable'. La seguridad del 100 por ciento no existe”.