Bitcóin, una moneda digital

El bitcóin es una moneda digital, creada en 2009, que se ha ido popularizando y fortaleciéndose poco a poco a nivel internacional, sin embargo en países como el nuestro aún existen muchas dudas con respecto a su funcionamiento y utilidad, así como desconocimiento acerca de su impacto en la economía mundial.

A lo largo de la historia muchas cosas han sido utilizadas como moneda de cambio: oro y plata, conchas marinas, trigo, papel, tabaco, sal, entre otras, pero algunas han prevalecido más que otras y no se ha debido a un decreto gubernamental sino a las propiedades de dichas ‘monedas’, algunas de estas propiedades esenciales como mantener su valor en el tiempo, oferta limitada, divisibilidad y portabilidad.

El dólar americano ha sido la moneda más popular desde hace medio siglo, aunque las acciones tomadas por la Reserva Federal de Estados Unidos en los últimos años han afectado su valor en más de una ocasión, por lo que hace relativamente poco tiempo la gente ha empezado a preguntarse si pudiera remplazarse por algo mejor, es en este escenario donde nacen las monedas digitales que poco a poco han ido tomando fuerza, tal es el caso del bitcóin, actualmente la moneda digital más usada alrededor del mundo.

El bitcóin es una moneda descentralizada que no es emitida por institución alguna, por lo que es independiente de cualquier banco central o gobierno, es decir es un sistema peer-to-peer (red entre pares), por lo que mientras la gente lo considere valioso, perdurará. Es una moneda digital que usa encriptación como forma de seguridad y al igual que cualquier moneda puede usarse para pagar servicios y productos, hacer donaciones o almacenar como reservas.

Estas monedas fueron creadas en 2009 como respuesta a la crisis global y la desconfianza en las instituciones financieras y bancos centrales, por Satoshi Nakamoto, nombre usado como seudónimo ya que no se sabe con seguridad si es una persona o una organización (hace un par de meses Craig Wright, un empresario y científico computacional australiano, afirmó que él es Satoshi Nakamoto, y aunque mostró pruebas y algunos miembros destacados de la comunidad bitcóin respaldan la afirmación, no todos están convencidos de ello).

Estas cadenas de bloques cifrados se almacenan en una cartera electrónica o en la computadora del dueño, y que se pueden intercambiar usando una red de información colectiva, donde se verifica la autenticidad.

Mencionamos que una de las propiedades de las monedas es la oferta limitada, que es la cantidad disponible en circulación de cualquier divisa. En el caso de los bitcoines la oferta límite de acuerdo a su diseño son 21 millones de bitcoines y en teoría se alcanzará hasta el año 2140. Según el sitio blockchain.info se estima que actualmente hay 15.8 millones de bitcoines en cirulación.

La red o protocolo del bitcóin se considera un software de arquitectura abierta, porque así como existen softwares cerrados donde el dueño es una compañía o persona que fijan un precio y estándares determinados, las bitcoines son de muchas personas que colaboran para que el sistema funcione, por lo tanto el poder, el control y la infraestructura está disperso entre los colaboradores.

¿Y CÓMO FUNCIONA?

Por un lado están los compradores y vendedores con carteras virtuales, pero para enviar las monedas se necesita una red, existen ciertos participantes llamados ‘mineros’ que mantienen funcionando la red al mantener sus computadoras encendidas y trabajando todo el tiempo, lo que permite que exista la red por la que pasan las transacciones. Esta infraestructura funciona igual que los pagos con tarjeta, sólo que esa red es colectiva, mantenida por mucha gente.

Los mineros como pago van obteniendo cierta cantidad de bitcoines como 'premios' cada que resuelven un problema matemático, cada vez hay más mineros compitiendo para resolver estos problemas, algunos de ellos se asocian con otros para poder resolverlos en menos tiempo y reparten entre ellos los bitcoines que ganan. Como se mencionó arriba, se supone que en el mundo sólo puede haber un total de 21 millones de bitcoines, por lo que en un inicio la recompensa por resolver un problema era de 50 bitcoins y cada 18 o 24 meses se va reduciendo el premio y aumentando la dificultad de los problemas matemáticos. Al igual que con los billetes, cada vez que se imprimen y se ponen a circular más billetes de los que hay, su valor se deprecia y se genera inflación.

No todas las personas tienen el tiempo y la facilidad de resolver estos códigos cifrados, pero cualquiera puede descargar el software y crear su wallet (o cartera) y empezar a obtener bitcoines comprándolas o vendiendo algo en esta modalidad. Anteriormente sólo se podía comprar bitcoines en dólares porque los mineros estaban en otros países y en México no había ‘excavadores’ a quienes comprarles directamente, había quienes abrían cuentas en dólares y de ahí compraban aunque no era exactamente barato, por eso se crearon los 'exchanges' o casas de cambio para bitcoines (existen varias plataformas de exchanges).

Antes, las personas que compraban bitcoines con pesos perdían dos veces porque pasaban de su moneda a dólares y de dólares a bitcoines. Con los exchanges ya se pueden tener cotizaciones en pesos y en dólares y tratan de acotar la diferencia entre el precio de compra y de venta de la moneda (en lugar de que sea 15 o 20 por ciento, en ocasiones puede ser uno por ciento). Estas plataformas también facultan cambiar los bitcoines por pesos o dólares.

Recordemos que al ser descentralizadas los bitcoines no tienen reservas en metales ni está respaldada por otras monedas, lo que la respalda en el comercio electrónico es la confianza de los usuarios que están metidos en el sistema.

Al ser bloques matemáticos cifrados generados en un libro contable llamado cadena de bloques, su diseño tiene un candado que es prácticamente imposible de falsificar y no es tan fácil rastrear las cuentas emisoras, esto es un arma de doble filo, ya que esta seguridad puede prestarse a realizar transacciones de operaciones ilícitas.

La seguridad de las transacciones es alta ya que son 'push' y no 'pull', es decir, se pueden enviar y recibir bitcoines, pero nadie puede hacer un cargo a la cuenta de otro.

En 2014, cuando bitcóin tuvo su auge, el Banco de México sacó un comunicado aclarando que no era un mercado regulado, por lo que es responsabilidad del usuario entrar en él. El temor de muchos es que al final de todo, cuando cuente con un gran número de usuarios, resulte ser un fraude, y aunque no es imposible es muy difícil que se pueda manipular de tal forma un sistema tan pulverizado, para esto tendrían que estar involucrados más de la mitad de los usuarios.

En México principalmente se usa el bitcóin para el pago de proveedores internacionales, pues reduce el costo de envío y la variación en el tipo de cambio ya que al usar esta moneda la transacción cuesta 0.5 por ciento para el vendedor y 0.5 por ciento para comprador y la diferencia en el tipo de cambio llega a ser menor.

También se pueden usar para pagar servicios y productos e incluso para donar a organizaciones, y se pueden almacenar como reservas.

Los bitcoines son muy volátiles debido a su rápido movimiento, por lo que antes de considerar invertir en ellos, es mejor entender su comportamiento, podemos experimentar con una pequeña inversión, recordemos que lo importante es, como dice el refrán, “no poner todos los huevos en la misma canasta”. La experiencia es el mejor aliado en estos casos, así que hay que atreverse a probar.

No podemos saber cuál es la mejor moneda, lo descubriremos con el tiempo, pero si los bancos centrales continúan inflando la oferta monetaria (imprimiendo más dinero) las monedas actuales no podrán hacer frente a la competencia.

Correo-e: lilianaayba@gmail.com