No se aguanta. Cuauhtémoc Blanco rompió en llanto al hablar de la huelga de hambre de 35 horas del fin de semana pasado.
En su espacio "El Cuau" se engalla y en un claro mensaje a quienes promueven su destitución a través de un juicio político les dice: "Les voy a volver a ganar". Es su primer informe de labores en la presidencia municipal de Cuernavaca y Cuauhtémoc Blanco Bravo ocupa el 95 % de su discurso de 19 minutos para dirigirse a sus detractores.
"Me dicen que soy un ignorante. No sé de Derecho, ni de política, pero sé cómo ayudar a la gente. Yo no creo que la política sea principalmente una cosa técnica. Para hacer política de bien, primero tienes que ser honrado y tienes que ser auténtico. La gente tiene que poder confiar en ti", afirma.
Pero al "Cuau" lo invade el sentimiento y llora por tres ocasiones. La primera cuando subraya su origen en la Ciudad de México, en una colonia "donde la fuerza es la única ley y te acostumbras a defenderte solo. Por eso, me voy a defender hasta las últimas consecuencias".
Enseguida habla de sus amigos de siempre, los futbolistas que "me enseñaron que la única forma de ganar es con esfuerzo y dedicación". Uno de sus colaboradores le acerca servilletas y limpia sus lágrimas cuando se dirige a su familia sentada en primera fila.
"Gracias al futbol pude salir adelante y tener una vida sin necesidades, pero no se me olvida de donde vengo. Por eso se me hace una injusticia robarle a la gente, pero se me hace peor robarle a la gente más necesitada", acusa el edil quien para esta ocasión dejó, tenis, mezclilla y las camisas a cuadros. Ahora lleva traje y corbata.
Blanco presidió el informe con la ausencia de ocho de 13 regidores, quienes dirigieron una carta a la prensa y expusieron que no acudirían por falta de medidas de seguridad. Ese grupo de concejales se distinguen por apoyar la destitución de edil.
Al Museo de la Ciudad ingresaron unos 300 invitados entre políticos, exjugadores del América, familiares y líderes de colonias populares. En el estrado "El Cuau" fue acompañado de su gabinete de gobierno y cinco regidores del PAN, PRI y Partido Humanista.
Desde ese espacio defendió su derecho a ser alcalde bajo el argumento de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación es la única autoridad que puede decir si cumplió o no con los requisitos de elegibilidad. "Y dijo que sí en su momento. Ya es cosa juzgada", afirmó Blanco Bravo en alusión al juicio político que se le sigue por presuntamente falsificar documentos para acreditar su residencia en esta ciudad.
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