El anuncio de Corea del Norte de que por primera vez detonó una bomba de hidrógeno desató ayer una ola de condenas y alertas en el mundo.
Países como Gran Bretaña, China, Rusia, México, Francia, Japón y Estados Unidos, y organismos como la Unión Europea, la ONU y la OTAN condenaron el hecho.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó también la prueba nuclear y prometió imponer nuevas sanciones contra Norcorea.
Una declaración emitida por el consejo después de las consultas en la reunión de emergencia a puerta cerrada ayer miércoles calificó la prueba como una clara violación de las resoluciones el consejo, y una clara amenaza a la paz y seguridad internacionales.
El consejo dijo que había expresado previamente su determinación para tomar medidas adicionales significativas en el caso de otra prueba de Corea del Norte y que comenzaría a trabajar inmediatamente en una resolución con nuevas sanciones a la luz de la gravedad de esta violación.
Pero pese a las fuertes denuncias, funcionarios y analistas en Corea del Sur pusieron en duda la afirmación de Pyongyang, y explicaron que los datos sismológicos de la detonación van más acorde con el de un dispositivo atómico.
Informaron que la energía de la explosión parece ser demasiado pequeña para proceder de una bomba de hidrógeno.
