Brasil se juega la vida el miércoles ante Dinamarca. Brasileños decepcionan otra vez en el futbol
Tan pronto sonó el silbato final del árbitro, llovieron los abucheos desde las gradas. Cabizbajos, y mientras sus oponentes eran vitoreados por sus propios hinchas, los jugadores de la selección de Brasil no pudieron hacer más que enfilar hacia el camerino con otro humillante resultado en el torneo de futbol de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Por segundo partido consecutivo, Neymar y compañía empataron sin goles con un rival teóricamente inferior, esta vez Irak, para alimentar las críticas y dudas sobre una selección que no se ha sacudido el fantasma de la Copa del Mundo de 2014 y sus otros fracasos recientes.
"Tenemos que disculparnos con los fanáticos, con la gente de Brasilia", dijo el técnico de Brasil Rogerio Micale, quien tomó las riendas de la selección olímpica tras el despido de Dunga luego de la eliminación en la fase de grupos de la Copa América Centenario en julio. "No jugamos nuestro mejor partido. Sentimos que dejamos a nuestros hinchas frustrados".
Tras saldar con el mismo resultado su debut ante Sudáfrica, Brasil marcha segundo en el Grupo A, empatado con Irak y dos unidades debajo del líder Dinamarca, que el domingo superó 1-0 a los sudafricanos. Se trata de una situación inesperada para una selección que reservó a su mayor estrella en búsqueda de conquistar el oro olímpico, el único título que falta en su palmarés.
Aunque tuvieron 20 remates al arco iraquí, los brasileños volvieron a fallar en los momentos cruciales.