Queridos amigos, ya estamos calentando motores y en un par de días más estará rodando el balón en esta maravillosa Copa América Centenario. Como ustedes saben, ando por acá para realizar la cobertura con Televisa Deportes y entre los compañeros que estaremos en las transmisiones de los juegos del tricolor está un hombre que defendió el arco azteca infinidad de ocasiones y se constituyó en un líder indiscutible.
Hablo de Osvaldo Sánchez, con quien he tenido oportunidad de conversar largo y tendido en agradables sobremesas y esperas en los diferentes aeropuertos y me ha confesado que si bien el mundial es a lo máximo que puede aspirar un jugador, el torneo de América tiene un sabor muy especial.
"San Osvaldo" tuvo su primera experiencia en este tipo de campeonatos en el año 2001, cuya sede fue Colombia. Al equipo de todos lo dirigía Javier Aguirre y fue avanzando hasta colarse a la gran final. Desgraciadamente se toparon con el país sede y en un partido de esos tensos, trabado y con muchas faltas, un tiro libre marcó la diferencia y tuvieron que resignarse, como en 1993 en Ecuador, con un honroso pero triste segundo lugar.
En 2004 se volvió a invitar a México y en esta ocasión la sede fue Perú. El director técnico era Ricardo Antonio Lavolpe y pese a que calificaron a la siguiente ronda, ahí los agarró Brasil y los mandó derechito para su casa.
La tercera participación de Osvaldo fue en Venezuela 2007, siendo dirigido en esta ocasión por el gran Hugo Sánchez. El papel fue bueno a secas y se jugó ante Uruguay por el tercer puesto cosa que se consiguió.
Como guardameta Osvaldo Sánchez lo ganó prácticamente todo. Jugó en los grandes cuadros de Guadalajara y América pero donde más lució sus dotes y reflejos fue indudablemente con el querido cuadro de Santos, allá en la Comarca Lagunera.
Quizá el rasgo más distintivo de su carácter fue el liderazgo que ejerció en cuanto equipo tuvo la suerte que defendiera su arco. Profesional a carta cabal, se mantuvo vigente hasta pasados los 40 años y todavía entrena y se cuida como un chamaco.
Me cuenta que lo que más le impresionó fue la forma en que se vive el futbol en el cono sur, aunque las entradas para ver al cuadro nacional en las tres ediciones que participó no fueron espectaculares.
Claro que en la final contra Colombia fue diferente pues se jugó ante un estadio repleto ya que se trataba del cuadro cafetero y en una gran final.
Fue en ese torneo cuando el Tri dobló a Argentina, que para variar iba como favorito, con un gol de tiro libre ejecutado con maestría por Ramoncito Morales.
Recuerdo que con Televisa iba el maestro Carlos Bianchi quien en plena transmisión dijo: "No sabíamos que Ramón pudiera golpear el balón así". Pues ora sí que el único que no lo sabía era él.
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