ME CALLARON
En el principio de los años 60 Estados Unidos intentó formar una liga profesional de futbol soccer. Los deportes dominantes desde entonces se repartían el año calendario y, hasta la fecha, siguen siendo el beisbol, considerado el pasatiempo nacional, el futbol americano, orgullo estadounidense y el deporte ráfaga, el basquetbol, seguido por su espectacularidad.
La liga de aquel entonces se negó a afiliarse a la FIFA, por lo que era considerada como "pirata" y los jugadores extranjeros que se atrevían a fichar, eran automáticamente expulsados del máximo organismo del futbol internacional.
Recuerdo que algunos futbolistas mexicanos, ya cerca del retiro, decidieron venir a la pizca del dólar y los viejos de la comarca recordarán a Manuel Camacho, arquero del América y al inmenso Salvador Reyes, goleador del Guadalajara vistiendo playeras en el gabacho.
Luego en los 70 se formalizó el ingreso de los gringos a la alta competencia y a punta de billetazos se llevaron a jugadores de la talla de Franz Beckenbauer, Giorgio Chinaglia y el máximo embajador del balompié mundial, Edson Arantes do Nascimento, Pelé, a jugar con la franquicia del Cosmos de Nueva York.
Muchos otros elementos nacionales han pisado el césped estadounidense y me permito apelar a la memoria de usted, amable lector, recordando desde mi escritorio a Leonardo Cuéllar, Jorge Campos, Javier Aguirre y al inmenso Hugo Sánchez.
Hará una veintena de años que se publicó un documento donde se detallaba el plan de acción de la liga y de la selección nacional de los Estados Unidos. Una parte que llamaba la atención era que se consideraba el Mundial de 2018 como el parteaguas donde ellos se coronarían campeones del mundo.
Para ello contrataron a los mejores metodólogos del deporte, expertos en preparación física y hasta asesores financieros. Hoy la liga es un éxito económico, pero la selección muestra una de sus peores versiones desde que este proyecto comenzó.
Sin embargo, luego de un inicio titubeante, han logrado calificar a la siguiente ronda en la Copa América Centenario que se juega en su país. Cayeron ante Colombia mostrando un futbol inoperante, golearon a un desconocido cuadro de Costa Rica y derrotaron por la mínima diferencia a Paraguay que se convierte, de esta manera, en otra decepción del torneo junto a Uruguay.
Opiné en estas columnas que los estadounidenses no pasarían a la siguiente ronda y me han callado la boca. Sin hacer nada espectacular ya se metieron entre los ocho mejores del continente y se merecen un aplauso por ello.
Jürgen Klinsman, estratega alemán disfrazado de gringo, pues ya hasta canta el himno nacional a todo pulmón, está rescatando su chamba y le viene de maravilla esta calificación de cara a los compromisos eliminatorios para el premundial de Rusia 2018. Aunque no sean campeones del mundo.
Arturo Brizio Carter
Apbcarter_1@hotmail.com