Queridos amigos de la Comarca Lagunera y de Ciudad Victoria. Los saludo con afecto momentos antes de salir rumbo al estadio acá en Houston para transmitir el juego entre México y Venezuela.
La cosa está que arde en esta Copa América luego de que el gigante Brasil quedara fuera del torneo sumándose a la decepcionante representación uruguaya y constituyéndose en una desagradable sorpresa.
Perder ante Perú tiene que ser un golpe seco en el ánimo y el orgullo de los amazónicos y hace pender de un hilo la cabeza del técnico Dunga pero lo que los tiene furiosos es que, aparentemente, el gol con el que los doblaron está viciado por una infracción.
Aquí voy a abrir un paréntesis para contarles una experiencia que viví en la Copa América de Uruguay en el año 1995. El arbitraje sudamericano pasaba por un gran momento, con estrellas refulgentes que además eran excelentes personas. En cuartos de final se enfrentaban Argentina y Brasil y para ese encuentro fue designado el silbante peruano Alberto Tejada, de lo mejor de la baraja mundial.
Para su desgracia, un delantero brasileño de nombre Savio metió un gol con la mano y con ello, el scratch du ouro eliminó a la selección albiceleste. Fue tan clara la infracción que nadie podía creer que se hubiera validado el tanto.
La federación argentina elevó una protesta y decidió retirar a su árbitro del certamen. De esa manera, otro extraordinario colegiado, Javier Castrilli, quedaba fuera de la competencia.
Por ello, dado que un servidor ya contaba con experiencia mundialista, me fue dada la oportunidad de dirigir la gran final entre Uruguay y Brasil, ganada por los charrúas en serie de penales.
A lo que voy es que siempre existirá la polémica y así como en aquella ocasión favoreció a los brasileños, ahora los perjudicó.
Sin embargo, se tiene que analizar lo que sucedió en este partido, ya que al minuto 75 Raúl Ruidíaz, delantero inca, anota el gol de la diferencia. Esto encendió las protestas del arquero Allison y llevó a Andrés Cunha, juez central, a consultar con su asistente Nicolás Tarán.
Se demoraron más de cinco minutos y evidentemente sostenían un diálogo con una persona externa y ajena al cuerpo arbitral. El problema es que en este torneo no está permitida la tecnología ni la ayuda con la repetición instantánea.
De cualquier manera, flaco resultó el auxilio del "amigo secreto" de los árbitros porque al no encontrar evidencia total del error, decidieron validar su primera observación, dando por bueno el gol peruano.
Por supuesto que se trata de una jugada bravísima, de ésas que ningún silbante quiere que le toquen pero ni hablar, parece que se equivocaron y además, incurrieron en un procedimiento que, por el momento, no está permitido.
Ojalá esta jugada abra de una vez por todas las puertas a la tecnología en el futbol.
Apbcarter_1@hotmail.com