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Brizio en la Copa América

HUESO DURO

Arturo Brizio Carter

El equipo más débil de Sudamérica cuando hablamos de futbol, tradicionalmente ha sido Venezuela. Tardó casi 50 partidos de Copa América para conseguir un triunfo y sus participaciones en eliminatoria mundialista lo condenaban siempre a cargar el farol rojo.

Pero esta tendencia empezó a modificarse con el trabajo con fuerzas básicas y selecciones con límite de edad. Ahí dejaron de ser el flan que perdía con todos y en algún momento hasta ganó un sudamericano sub-17.

Tampoco quiero decir que ya están como para considerarse una potencia o pelearle los primeros sitios a los gallones de siempre pero su actuación en este certamen, la verdad, ha dejado un gratísimo sabor de boca.

Para empezar, terminan la primera ronda invictos, con un resonante triunfo ante Uruguay y un empate sacado a sangre y fuego frente a México. Esto los coloca en el segundo lugar del grupo y hace que posiblemente se enfrenten a Argentina en cuartos de final.

Después de ver cómo le jugaron al tricolor, yo, si fuera miembro de la albiceleste, estaría sumamente preocupado. Se trata de un equipo perruno, machacón, en ratos violento y que disputa cada balón como si fuera el último. Esta forma de jugar al filo del reglamento es lo que se le indigesta a las escuadras que saben con la pelota.

Por si fuera poco, están cañones en cuanto a estatura y físico. Se quedaron en el mismo hotel que el grupo de Televisa Deportes y se ganaron mis respetos.

El profesor Juan Carlos Osorio realizó 9 cambios del juego ante Jamaica y por razones obvias, los verdes carecieron de cohesión y acoplamiento. Además, por primera vez desde que el colombiano los dirige, se vieron abajo en el marcador y tuvieron que remar contra la corriente.

El planteamiento de Osorio incluyó en esta ocasión a dos extremos que deberían jugar abiertos y encarar. Eso lo aplaudo. En la antigüedad les llamaban "alas" a estos hombres encargados de dar brillo y espectacularidad al ataque de un equipo. Considero que el "chucky" Lozano cumplió y el "tecatito" Corona sacó las castañas del fuego con un gol que si lo hubiera metido Messi, le habría dado la vuelta al mundo.

Lo malo que se vieron sumamente precipitados a la hora de tocar la pelota y en esta ocasión, el menos exacto fue Andrés Guardado. El "principito" no acertó un solo pase arriba de 10 metros y se perdió en discusiones con los adversarios y el árbitro, por cierto, de medianita actuación y que se comió un penal del tamaño de Houston cuando un defensor de la "vino tinto" abrazó e hizo suyo a Javier Hernández.

En fin, se calificó en primer lugar y eso es lo que queda.

El público hizo su chamba y el estadio se convirtió en una sucursal de Tamaulipas. ¡Qué bárbaros! Los de Victoria se tomaron toda la cerveza del lugar y les juro que no exagero. Hasta mañana.

Apbcarter_1@hotmail.com<(I>

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