Continuamos en la Copa América aunque ya sin México y ahora nos toca volar a Chicago para presenciar el duelo donde supuestamente estaría el equipo tricolor, que dice la canción, tiene mucho corazón.
La cosa es que se fueron pronto del torneo y ahora el "Soldier field" será invadido por la colorida afición colombiana que tendrá enfrente a un durísimo rival: Chile.
En el vuelo me topé con un personaje singular, ídolo de la afición cafetalera y hoy trabajando en los medios de comunicación. Me refiero a Carlos Valderrama, mejor conocido en el bajo mundo del hampa como el "pibe".
Previo al Mundial de Italia 90, tuve el privilegio de acompañar al doctor Edgardo Codesal en el partido que lo catapultó al estrellato internacional y lo perfiló para asistir al máximo evento del balompié internacional. Se jugaba el último boleto y Colombia había quedado en zona de repesca en Sudamérica, por lo que tendría que medirse en un duelo a visita recíproca contra Israel.
El juego de ida tuvo lugar en suelo cafetalero y fue ganado por los locales apenas por la mínima diferencia. Todo se resolvería en Tel Aviv, bajo las órdenes del silbante uruguayo naturalizado mexicano.
El capitán de Colombia era precisamente Valderrama y se tiró un partidazo, controlando el balón, sirviéndolo con mucha idea y marcando el ritmo del encuentro. El empate a cero llevó a su equipo a la justa mundialista.
Ocho años más tarde, en Francia 98, me tocó dirigir al "pibe" en un juego contra Inglaterra. El equipo se había avejentado, se veía lento e inoperante y fue arrollado por el "equipo de la rosa".
De todo eso conversamos. El hombre tiene una memoria privilegiada y la plática era constantemente interrumpida por los fans de todas las nacionalidades que le solicitaban la fotografía o el autógrafo.
También se mostró extrañado por el resultado del México vs Chile. Coincidimos en que puede haber alguna diferencia pero no tan abismal aunque no defendió demasiado a su paisano Juan Carlos Osorio a quien calificó como un "tipo especial".
Manifestó también su confianza en que sus coterráneos puedan imponer el ritmo del encuentro y con ello, apaguen la velocidad chilena que además no contará con Arturo Vidal, suspendido por acumulación de tarjetas.
Indudablemente se trata de una semifinal con mucho sabor, que se jugará a tope y en que Chile aparece con etiqueta de favorito pero la tribuna estará colmada de aficionados vestidos de amarillo.
La ventaja de ir a ver a Colombia es que, por el mismo boleto, usted puede presenciar un desfile de bellezas de todos los colores, edades y estaturas.
¡Qué bárbaras!, si hasta parecen artistas de televisión. Pero ya le paro porque a mí me pagan por hablar de futbol. Nos leemos mañana.
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