El actor Tim Roth protagoniza la cinta mexicana. (NOTIMEX)
La cinta 600 millas, que narra el problema del tráfico de armas, no pretende hallar culpables “sino sumarse a la necesidad de un cambio”, coincidieron en señalar los actores y el director del filme, el mexicano Gabriel Ripstein.
Los actores Tim Roth (británico), Krystian Ferrer (mexicano) y Ripstein fueron entrevistados en Beverly Hills, adonde acudieron a promover la cinta, que será estrenada la próxima semana en Estados Unidos.
La cinta fue la candidata a representar a México por el Oscar en la categoría de Mejor Película Extranjera en 2015, ganó el Oso de Plata de Berlín en la categoría de Mejor Ópera Prima.
“Desde que me ofrecieron la historia sabía que era un guion tremendo e increíble y por eso acepté participar”, explicó Roth, considerado uno de los mejores actores contemporáneos.
Roth, quien ha sido dirigido por Quentin Tarantino en The Hateful Eight, Reservoir Dogs y Pulp Fiction, señaló que es evidente que el control de armas requiere un cambio urgente.
El acceso a las armas sigue siendo un factor serio y aunque es evidente que en su tráfico el dinero es la causa que lo impulsa, esto ha provocado la muerte de miles de personas inocentes, dijo Roth, quien también participó en Hulk y El planeta de los simios.
“Por supuesto, que después de participar en esta película me ha quedado muy claro (...) que es urgente un mayor control de las armas y evitar que su compra sea tan fácil en Estados Unidos”, aseveró.
En la cinta, Roth actúa como un agente de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF) de Estados Unidos, que se ve involucrado con un joven sinaloense que es traficante de armas, papel interpretado por Ferrer.
“Hemos cumplido un año desde que ganamos el Oso de Plata de Berlín y de ahí siguió por 40 festivales, ganó la representación mexicana al Oscar y ahora se estrena en Estados Unidos”, indicó Ripstein sobre su primera cinta como director.
“Se ganaron varios premios de actuación, a mí me tocaron varios premios de director, y en general, la película tuvo una difusión internacional increíble”, destacó.
“Desafortunadamente, no llegamos a la nominación al Oscar aún y cuando hicimos todo lo posible por conseguirla”, lamentó.
La cinta refleja “una relación compleja entre dos países”, expresó Ripstein, quien tiene doble nacionalidad, mexicana y estadounidense.
Por su parte, Ferrer señaló que el participar en esta película “confirmó una coherencia en mi trayectoria actoral, porque han sido historias con mensajes sociopolíticos y de crítica social”.
Ferrer ha participado en películas como Sin nombre, El infierno, Días de gracia, Guten Tag, Ramon y Besos de azúcar.
“Siempre he dicho: el cine sirve para exorcizar ciertos demonios cuando vas al cine y la gente ve tu película y ve tu mensaje, en ese momento se está creando una nueva sociedad”, resaltó.
Sobre la cinta, compartió que tener acceso tan fácil a las armas “a muchos nos perturba y en eso la cinta fue relevante, porque no frivolizó el tema ni fue una cinta panfletaria”.
“Me pareció una propuesta interesante y fue clave llamar la atención sobre la manera abominable y aterradora del acceso a un arma y la manera como un cuerpo se desangra por las balas”, indicó.
“Nunca quise hacer una película de denuncia ni señalar responsabilidades, sino exponer una realidad perturbadora”, aclaró Ripstein.
“Desde el inicio quise exponer el tráfico de armas y el acceso que existe en Estados Unidos, así como el apetito que hay por parte del crimen organizado en México”, apuntó.
“Esa suma de factores acaba en miles de muertos en ambos países”, resumió Ripstein, quien vivió durante 10 años en Estados Unidos.
“Si esto sirve para poner el tema en la mesa, para mí es fantástico, pero mi película no pretendía ser didáctica o tener una agenda política”, aclaró.
“Tim le dio un toque de credibilidad al proyecto y para mí fue excepcional la experiencia de trabajar con alguien tan experimentado”, mencionó Ferrer.
“Sí hubo miedo en un momento antes de empezar a filmar y ese miedo se detuvo cuando dejé de pensar que iba a trabajar con uno de los grandes del mundo actoral”, admitió.
“Si hubiera sabido que íbamos a estar los dos encerrados en una camioneta, nunca lo hubiera imaginado. Fui feliz con el (...) ´güero loco´”, manifestó.
“Al final me cobijé en Gabriel y hasta en el mismo Tim, que de manera muy generosa fue un gran amigo y un gran aliado y él mismo me permitió jugar con él, lo que diluyó toda presión”, añadió.
Gabriel compartió que su siguiente proyecto fílmico es sobre la fe y Dios. “Es un mundo tan peculiar sobre una persona tan religiosa con la que estoy descubriendo cosas fascinantes y escalofriantes”, agregó.
