Lo que está sucediendo en Estados Unidos a partir de la elección presidencial es una revolución, todavía no sabemos si será para bien o para mal, pero los cambios comienzan a fraguarse.
El llamado "huracán Trump" ataca, día tras día, lo que encuentra a su paso.
Un día es el libre comercio, otro es México, al día siguiente son empresas privadas como Boeing y Apple, pero también la fuerza del fenómeno embiste a políticos norteamericanos antes intocables y al propio partido republicano.
El espectáculo mediático tiene fascinados a los electores o cuando menos a quienes votaron por Trump porque sienten que las promesas de campaña se están cumpliendo, aunque la realidad es que nada ocurrirá en los hechos antes de la toma de protesta el viernes 20 de enero del 2017.
Quienes la están pasando muy mal en esta insurgencia política son los medios de comunicación tradicionales que ya no saben cómo justificar la llegada al poder del magnate neoyorquino.
Resulta que buena parte de los diarios y noticieros de televisión se equivocaron tremendamente al descalificar de antemano a Trump y considerar que su victoria sería prácticamente imposible.
Además le siguieron el juego al presidente Barack Obama y a su gobierno que cuantas veces pudo calificó a Trump de loco y de estar incapacitado para gobernar.
Así la revista Time publicó el pasado 22 agosto una portada con el título "Meltdown" en donde aparecía el rostro caricaturizado de Trump derritiéndose, bajo el argumento de que sus controvertidas declaraciones contra mujeres y musulmanes lo habían puesto contra la pared.
Todavía más: el 24 de octubre en la portada aparece la misma caricatura con el rostro derretido casi en su totalidad bajo el título "Total meltdown". Con ello interpretaba Time la imposibilidad de Trump para ganar las elecciones luego de los debates televisivos con Hillary Clinton.
Pero en el vecino país también los medios tienen reversa, esta semana la portada de la ahora cuestionada revista Time publica una foto formal del magnate donde lo declara la persona del año con el siguiente texto: Donald Trump, presidente de los Estados Divididos de América.
La credibilidad en Norteamérica no solo la han perdido las encuestas que en años anteriores eran prácticamente infalibles, sino también periódicos y cadenas de radio y televisión que han extraviado no solo la brújula sino además la objetividad y la imparcialidad.
Contra lo esperado los mercados financieros -que en su momento se inclinaron por la victoria de Hillary Clinton- han roto todos los récords por la simple razón de que el presidente electo ha ratificado su plan económico conservador que los inversionistas ven con ojos de dulzura y felicidad.
Reducir impuestos, optimizar el gasto público y proteger a la empresa norteamericana es la mejor fórmula para que la economía doméstica se recupere luego de una década de recesión y bajo crecimiento.
También ayudó al auge bursátil la serie de nombramientos que hizo Donald Trump para su gabinete en donde destacan empresarios exitosos y políticos tradicionales que comulgan con la visión de los votantes tradicionalistas.
Además las declaraciones populistas de Trump al presionar a empresas para que inviertan en su país y no en México, así como el anuncio de cancelar el pedido multimillonario de aviones presidenciales a la Boeing, han hecho chuza en la opinión pública norteamericana.
Trump hizo lo que el presidente Peña Nieto no se atrevió: oponerse a la fabricación de una flotilla de tres magnos aviones para la Casa Blanca en donde se invertirían 4 mil millones de dólares, incluyendo la construcción de hangares y de equipos para su mantenimiento.
Y como dice una cosa dice la otra. Mientras el mandatario electo reitera que deportará a tres millones de inmigrantes indocumentados, en horas recientes sostuvo que en el caso de los "dreamers" buscará una solución humanitaria.
Por cierto, Trump designará pronto a su secretario de Estado, la pieza clave para su gobierno. Entre los posibles se perfila el CEO de Exxon, Rex Tillerson, un conservador con cero experiencia política y diplomática. Sin embargo, por la dimensión de su compañía ha mantenido contacto con el presidente ruso Vladimir Putin, entre otros jefes de estado. Los otros candidatos son Mitt Romney, Rudy Giuliani y David Petraeus.
El huracán, pues, sigue su camino.
APUNTE FINAL
La ex primera dama Margarita Zavala continuó esta semana su gira de proselitismo por el país, consideramos que con todo su talento y capacidad no resulta conveniente para México que llegue al poder una mujer cuyo esposo fue presidente. En América Latina hemos visto casos patéticos de primeras damas empoderadas y en Estados Unidos esta fórmula acaba de ser derrotada.