Un hecho fortuito cambió las vidas de Marco y don Felipe. Cuando el joven de 23 años de edad vio al hombre caminar con dificultad cargando un costal con botellas y se ofreció a ayudarlo y llevarlo a su domicilio, nunca se imaginó las precarias condiciones en que vivía... en la indigencia, y como "hogar", una finca en construcción en el ejido Santo Tomás, utilizando como habitación el baño y en el piso unas cobijas para dormir, así como algunas pertenencias.
Esa era la manera en la que vivía don Felipe, quien para conseguir algo de dinero recolectaba botellas de plástico y cartón y algunos vecinos le regalaban el alimento.
Don Felipe es originario de Villa Hermosa, Tabasco, y asegura tener 115 años de edad, pues dice que nació el 8 de marzo de 1901, pero su fisionomía revela algunos 80 y tantos.
Llegó a Matamoros a los 25 años para trabajar en los campos de melón, luego emigró a Estados Unidos y tras ser deportado regresó a su pueblo, donde formó una familia, pero hace 38 años decidió regresar a La Laguna, y al caducar su "vida laboral", quedó en la calle.
Su historia motivó a Marco a pedir ayuda, primero con las autoridades municipales y al no obtener respuesta, decidió publicar el caso de don Felipe en las redes sociales y la respuesta fue inmediata, sus amigos y ciudadanos de la región lo apoyaron.
Para ambos su casual encuentro dio un giro total a sus vidas; don Felipe, después de vivir de la mendicidad, ahora vive con diginidad en un cuarto que le prestaron, mientras que Marco, a raíz de esa experiencia, sus amigos y algunas personas que se sumaron a la causa, decidieron crear un grupo de ayuda para apoyar a más personas.
Apoyo
A raíz de la buena respuesta que se tuvo para apoyar a don Felipe, se creó una red de apoyo para seguir ayudando a más personas y ya se trabaja en el siguiente proyecto.