— Honoré de Balzac
A propaganda gubernamental nos dice que las leyes y los tribunales protegen a las madres y a sus hijos. La verdad es muy distinta para Doramy Minganti Gurtubay, de 27 años de edad, madre de Camila Flores Minganti, de seis años.
El padre de la niña, José Alejandro Flores Caballero, secuestró a Camila el pasado 12 de febrero, el día de cumpleaños de la pequeña. La custodia de la niña era compartida. El padre y la madre habían firmado un convenio el 15 de agosto de 2013 en el juzgado 28 de lo familiar de la Ciudad de México que establecía que la niña permanecería con el padre los fines de semana y la devolvería a la madre los domingos. Los gastos se cubrirían al 50 por ciento.
Como Alejandro no aportaba los gastos para la niña, Doramy promovió un proceso para el pago y la pérdida de patria potestad. Este proceso fue radicado en el juzgado noveno del proceso oral familiar en la Ciudad de México. En el fin de semana del cumpleaños, sin embargo, el padre simplemente decidió quedarse a la niña y nunca la devolvió. En términos estrictos Alejandro secuestró a su hija, aunque en México las leyes sólo tipifican su acción como "retención de menor".
Doramy presentó una noticia por retención de menor en la Fiscalía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes de la Procuraduría de la Ciudad de México. Seis meses después la investigación continúa.
En un país donde realmente existiera la justicia, Camila habría sido devuelta a la madre de inmediato y el padre transgresor sancionado. Pero en México la madre sigue sin ver a la hija. En México quien transgrede la ley es premiado en lugar de sancionado.
Lo peor de todo es que Alejandro realmente no se interesa por estar con la niña. Como otros jóvenes, prefiere salir los fines de semana. Es la abuela paterna la que quiere tener el control de Camila y convertirse en madre sustituta.
Para justificar el secuestro de la niña el padre ha afirmado que Doramy ha ejercido actos de violencia en contra de la niña. No hay ninguna indicación o prueba (yo conozco personalmente a la madre y a la hija y puedo testificar que la afirmación es falsa). La denuncia no ha sido ratificada, pero ha sido suficiente para dejar a la niña en custodia de un tío que vive en la casa vecina a Alejandro y su madre durante meses, mientras los procesos legales se mueven con lentitud.
Los problemas iniciales de Doramy y su hija surgieron del hecho que cuando los padres se separaron la chica no tenía dinero para contratar un abogado, mientras que la madre de Alejandro trabaja en un despacho legal. Esto hizo posible que los tribunales despojaran a la madre de la custodia de su hija y se la dieron al padre. Condenaron además a Doramy a pagar una pensión al padre.
Cuando ya Doramy logró tener un despacho de abogados que la apoyara, pudo defender sus derechos y los de su hija, pero firmó el acuerdo de custodia compartida de 2013 con la idea de que era la mejor opción para Camila. El padre se ha dado cuenta, sin embargo, que en México la manera más fácil de tener a la niña es secuestrarla.
El mejor lugar para una niña de seis años es con su madre. Tiene que haber razones muy importantes para que la sociedad determine otra cosa. En este caso el padre, junto con su familia, han mostrado su falta de respeto a la ley. Es increíble, sin embargo, que en México se premie a quien viola la ley y se castigue a quien la respeta con la separación forzada de su hija.
A pesar de que el gobierno poco a poco le entrega a la CNTE todo lo que exige, los bloqueos de vías de comunicación y comercio continúan. ¿Y por qué no? Ya la CNTE se dio cuenta que son los bloqueos los que han hecho que el gobierno les dé todo poco a poco.
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