Foto: Marty Hogan
El cáncer es una enfermedad crónica degenerativa que cada año afecta a millones de personas alrededor del mundo. Si no es atendida a tiempo la enfermedad puede invadir todo el cuerpo, complicando la oportunidades de supervivencia. Por diversos factores la Comarca Lagunera, zona metropolitana que comprende varios municpios de Coahuila y Durango, ha mostrado un incremento en casos de cáncer, y contrario a lo que sucedía anteriormente, estos se dan cada vez en gente joven, económicamente activa, quienes tienen que hacer una pausa en el camino y lidiar con distintas dificultades para luchar contra este flagelo. El diagnóstico de cáncer suele ser triste y desolador, pero en ocasiones también representa una segunda oportunidad para apreciar la vida.
El organismo humano, como toda forma de vida, está constituido por células que se agrupan según sus funciones (como reforzar el sistema inmunológico, facilitar la circulación de la sangre, mantener hidratada la piel, etcétera), para hacer que la maquinaria humana funcione correctamente. Las células se aglomeran formando tejidos, órganos y sistemas donde todo funciona a la perfección como parte de ese inconmensurable proceso que solemos llamar “el milagro de la vida”. Cada célula se alimenta, absorbe los nutrientes, forma un filtro para procesar sustancias que el cuerpo no necesita y cuando es necesario se reproduce (mitosis) para dar origen a otras células. Pareciera que todo es perfecto. Pero un día algo falla y una célula enferma, en lugar de fenecer, como debería hacerlo, comienza a reproducirse desordenadamente, a dar origen a otras células defectuosas, generando así un crecimiento irregular imperceptible para la vista humana. Las células dañadas siguen reproduciéndose, se aglomeran, pelean con las células sanas, las vencen y forman una masa de tejido cancerígeno llamada tumor. A medida que crece, el tumor va tejiendo su propia red de vasos sanguíneos para poder alimentarse, como una especie de parásito que se aferra a otro ser viviente para poder existir. Es a esta proliferación anormal e incontrolada de las células lo que recibe el nombre de cáncer.
Después de un tiempo, dependiendo de miles de factores y de la fisiología del paciente, el mal que crece a nivel celular se hará visible en forma de lunar, de bolita, de masa irregular, de manchas negras en las manos, de resequedad... Más adelante quizá comience a dar molestias, punzar, doler, irritar, obstruir alguna función fisiológica y, si no se le presta cuidado, seguirá creciendo hasta que cuando por fin se decida ir a revisión tal vez sea demasiado tarde.
CAUSAS
Pero, ¿cómo es que estas células llegan a dañarse? Una persona saludable puede respirar hasta 23 mil veces al día, aproximadamente; el oxígeno que aspira llega a las células, donde se convierte en energía mediante un proceso que también da origen a los radicales libres, compuestos químicos altamente reactivos que pueden dañar las células y que están relacionados con el envejecimiento y el desgaste del cuerpo.
Los radicales libres se forman naturalmente en el cuerpo y tienen una función importante en muchos procesos normales de las células. Sin embargo, en concentraciones altas, los radicales libres pueden ser peligrosos para el cuerpo y pueden dañar todos los componentes principales de las células, incluso el ADN, las proteínas y las membranas celulares. El daño a las células causado por los radicales libres, especialmente el daño al ADN, puede tener un papel en la formación del cáncer y en otros padecimientos de la salud, explica el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).
Las razones por las que un organismo puede tener concentraciones anormalmente altas de radicales libres, según el National Cancer Institute, pueden ser la exposición a radiación ionizante y a otras toxinas del ambiente que pueden contener grandes cantidades de radicales libres o pueden estimular a las células del cuerpo para que produzcan más.
Pero la presencia de radicales libres no determina por sí sola el desarrollo de cáncer, es sólo uno de los factores que influyen en la evolución de esta enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la transformación de una célula normal en tumoral es un proceso multifásico y suele consistir en la progresión de una lesión precancerosa a un tumor maligno. Y señala que este tipo de alteraciones son el resultado de la interacción entre los factores genéticos del paciente y algunos agentes externos que define como carcinógenos.
La OMS distingue tres categorías de carcinógenos: físicos, como son las radiaciones ultravioleta e ionizantes; químicos, como los asbestos, los componentes de humo y tabaco, las aflatoxinas o contaminantes de los alimentos y el arsénico en el agua, entre otros; biológicos, como las infecciones causadas por determinados virus, bacterias o parásitos como los virus de las hepatitis B y C, algunos tipos de virus de papiloma humano y el VIH, por mencionar algunos ejemplos.
El envejecimiento es otro factor fundamental en la aparición del cáncer. La incidencia de esta enfermedad aumenta con la edad, esto probablemente se deba a la acumulación factores de riesgo de determinados tipos de cáncer, lo cual se combina con la tendencia que tienen los mecanismos de reparación celular a perder eficacia con la edad.
Los tipos de cáncer pueden ser diversos, generalmente se dividen en dos: los no sólidos, que son tratados por hematólogos (de piel, leucemia, de huesos); y los sólidos, que se presentan en forma de tumor y son tratados por oncólogos (de mama, de colon, de páncreas, etcétera).
Dentro de los hematológicos se encuentran aquellos que son del tipo no sólido, como la leucemia, los mielomas o los linfomas. El cuerpo humano posee en su interior dos tipos de glóbulos: los rojos y los blancos. Los glóbulos rojos (eritrocitos) son las células más abundantes en la sangre y se encargan de transportar oxígeno a los tejidos. Por su parte, los glóbulos blancos (leucocitos) son más grandes en tamaño que los glóbulos rojos, pero menos numerosos. Estos pertenecen al sistema inmunológico y cuando una enfermedad o una infección se presentan, el cuerpo suele aumentar su producción, son los vigías al resguardo de que ningún virus extraño cause afectaciones en el cuerpo.
En el caso de los hematológicos, la leucemia ataca a los glóbulos rojos y los linfomas a los glóbulos blancos. Todas estas deformaciones proceden de alteraciones en las células de la médula ósea.
INCIDENCIA
El cáncer es considerado uno de los grandes asesinos del mundo. Según el World Cancer Report 2014 (Informe Mundial sobre el Cáncer), en 2012 se registraron alrededor de 14 millones de nuevos casos y 8.2 millones de muertes relacionadas con este mal.
Si se ordenan de acuerdo a su incidencia, los tipos de cáncer más comunes a nivel mundial son el pulmonar, mamario, colorrectal, de próstata, estomacal, hepático, cervicouterino, de esófago y de vejiga.
Si el criterio es su letalidad, entonces el orden cambia un poco; el pulmonar es el que más muertes provoca, seguido del hepático, el estomacal, el colorrectal, el mamario, el de esófago, el de páncreas, el de próstata y el cervicouterino.
La OMS asegura que una de cada tres personas a nivel internacional será diagnosticada con algún tipo de cáncer en algún momento de su vida y prevé que el número de nuevos casos aumente en aproximadamente un 70 por ciento en los próximos 20 años.
En México, por otra parte, el cáncer se consolidó como la tercera causa de muerte en 2014, con 77 mil 091 defunciones, según el Instituo Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En febrero de este año, por otra parte, el director general del Instituto Nacional de Cancerología (INCAN), Abelardo Meneses García, dijo que en México cada año se registran 160 mil nuevos casos de cáncer, de los cuales el 70 por ciento se diagnostican en etapas avanzadas, lo que complica el tratamiento e impacta en la supervivencia.
LA LAGUNA Y EL CÁNCER
Según datos de la Jurisdicción Sanitaria VI de Coahuila, en 2012 se suscitaron 443 fallecimientos a causa de cáncer en los municipios de Torreón, Matamoros y Viesca. De 2010 a 2014 se presentaron 46 casos de cáncer de piel, tipo muy común en la región debido a la radiación ultravioleta, que de marzo a agosto registra un índice de 11 (el más extremo según la OMS). Torreón también ostenta el primer lugar por cáncer de piel, pulmón, próstata y mama de todo el estado.
Por el lado de Durango, en el Hospital General de Gómez Palacio, dentro de las primeras 20 causas de defunciones registradas durante 2015 destacan el cáncer de estómago y de mama, de páncreas y de hígado.
En el primer trimestre de 2016 se registraron 185 fallecimientos por algún tipo de cáncer en La Laguna. Torreón es la ciudad con más fallecimientos por este mal con 136, 16 de ellos por cáncer de mama.
La doctora Alma Magdalena Astorga Ramos, oncóloga egresada del Instituto Nacional de Cancerología y que atiende en el IMSS y en el Hospital General de Gómez Palacio, atribuye la alta incidencia de cáncer en la región a los altos índices de radiación ultravioleta, al arsénico en el agua y a la fuerte actividad minera que tiene lugar en la región. Factores ampliamente relacionados con el cáncer y que se concentran en La Laguna.
Según información de la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, la exposición al arsénico puede generar lesiones cutáneas y cultivar cánceres como el de piel, pulmón y vejiga. La OMS, por su parte, indica que los niveles óptimos de arsénico en el agua deben ser 10 microgramos por litro, pero en la región no se ha podido disminuir el nivel de 25 microgramos por litro de agua.
AL ACECHO DE LOS JÓVENES
El cáncer no respeta edad, género o situación socioeconómica y es sin duda una de las enfermedades más temidas pues solemos relacionar su diagnóstico con la muerte. No obstante, sobrevivir al cáncer es posible siempre y cuando se detecte oportunamente, es decir en fases tempranas de desarrollo, y se cuente con los servicios de seguridad social o recursos económicos necesarios para hacerle frente.
Una de las situaciones que llama la atención en La Laguna es el incremento de la incidencia de cáncer en jóvenes. Pese a que no existen estudios especializados sobre el cáncer en la región que ofrezcan cifras exactas, los medios locales de comunicación han reportado la preocupación de las autoridades sanitarias con respecto a esta problemática.
"Está aumentando (la enfermedad). Hay cáncer en adolescentes por leucemia, en el cuello (por la tiroides) y cáncer pulmonar. Esto tiene que ver, sobre todo con la mala alimentación y hay mucho sedentarismo y luego muchas veces nuestros padres tienen el hábito de fumar y los jóvenes se convierten en fumadores pasivos o los mismos jóvenes empiezan a consumir cigarros a muy temprana edad", explicaba el año pasado la doctora María del Socorro Cabrera, encargada del Programa de Adolescentes en el Hospital Integral en Francisco I. Madero.en una entrevista para El Siglo de Torreón.
Los tipos de cáncer citados por Cabrera coinciden con los que se incluyen en la Instantánea de los cánceres en adolescentes y en adultos jóvenes del NIH en Estados Unidos, donde se da a conocer que en ese país los casos de cáncer en adolescentes y adultos jóvenes de entre 15 y 39 años de edad es seis veces el número de casos diagnosticados en niños de cero a 14 años.
La leucemia, el linfoma, el cáncer de testículo (tumores de células germinativas) y el cáncer de tiroides son los tipos más comunes de cáncer en los más jóvenes (de 15 a 24 años de edad). En el grupo de 25 a 39 años de edad, el cáncer de seno (mama) y el melanoma son los tipos de cáncer que más afectan a este grupo de edad.
Corroborar el aumento de casos de cáncer en adolescentes y adultos jóvenes en la región no es una tarea complicada. Cada vez más personas dan cuenta de esta situación ya sea porque lo han vivido junto a algún familiar cercano o amigo, o bien porque se enteran de casos mediante sus allegados.
Cada caso de cáncer es distinto, pero el común denominador es que es una experiencia dura que cambia el modo de ver la vida. Cada paciente tiene que enfrentarse a diferentes dificultades determinadas por su edad, su nivel socioeconómico y sus propios recursos emocionales, por citar algunas. Entre los elementos que dan forma al drama de encontrarse de frente con un formidable enemigo a vencer está el miedo, la disponibilidad de recursos, el acceso a un servicio de seguridad social adecuado y por supuesto el estado mental con que se afronta.
EN LA BATALLA
Médica de profesión, Dolores relata que fue mientras realizaba su servicio social cuando se le diagnosticó linfoma de Hodking, por el cual, muy a su pesar, le otorgaron una incapacidad.
“Empecé a tener síntomas en diciembre de 2015. Inicié con comezón durante todo el día. Supuse que tal vez me había contagiado de algo durante mi servicio social, por un bicho o lo que sea, de hecho pensé que era una sarna o alguna infección por bacterias”, recuerda.
Comenzó entonces a tomar un tratamiento de parasitarios y antibióticos contra lo que suponía era una infección cutánea, pero no notó mejoría. En febrero de 2016, tras seguir con tratamientos sin resultados, se encontró un ganglio supraclavicular y fue cuando comprendió que su molestia no se trataba de una simple infección.
“Un día estaba en mi clínica dando consulta y no sé cómo me rasqué y sentí el ganglio. Era un ganglio muy pequeño, medía como ocho milímetros. De inmediato fui a hacerme una radiografía de tórax y se veía que el mediastino (una parte del tórax) se encontraba desviada, eso me habla de que hay algo ahí que lo está desviando”, relata.
Posteriormente acudió con un radiólogo, quien le realizó un ultrasonido de cuello que reveló la existencia de varios ganglios pequeño.
“Al día siguiente me hicieron la biopsia del ganglio que había sentido, se mandaron los análisis a patología y después los resultaron confirmaron que se trataba de un linfoma”, cuenta.
El linfoma es un tipo de cáncer no sólido que se gesta en las células del sistema linfático. El sistema linfático forma parte del sistema inmunitario, el cual auxilia al cuerpo a combatir enfermedades e infecciones y el hecho de que se extienda por todo el organismo quiere decir que el linfoma puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Las variantes del linfoma son el linfoma de Hodking y el linfoma no Hodking (o LNH). En este caso, Dolores presentó un linfoma de Hodking, el cual es común entre las personas de 15 a 35 años y lleva su nombre gracias a que el doctor Thomas Hodking fue el primero en identificarlo en 1832. Este cáncer se origina cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer en completo descontrol en los ganglios linfáticos del tórax, del cuello o debajo de los brazos.
“Yo ya me imaginaba que algo estaba pasando; para mí no vino como una sorpresa, sino como una confirmación y por eso siento que fue más difícil para mis papás y para mi familia aceptar la noticia”, comenta.
Entre los antecedentes familiares la joven resalta el caso de su abuelo paterno, quien hace años tuvo cáncer de páncreas pero logró superarlo, pero por su parte señala que nunca ha fumado y siempre ha llevado una vida saludable, de tal forma que aún no sabe a ciencia cierta la causa de su cáncer.
Dolores se atiende en la clínica 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Torreón, Coahuila. Su tratamiento se divide en dos partes: quimioterapia y radioterapia. La primera consiste en seis ciclos de quimio de dos sesiones cada uno.
En promedio, una quimioterapia puede costar desde 10 mil pesos la sesión, pero el precio va incrementando de dependiendo de la situación de cada paciente, la cantidad de fármacos administrados y la duración del tratamiento. Si Dolores se hubiese atendido en una institución privada y sin seguro, habría gastado alrededor de 120 mil pesos por sus seis ciclos de dos sesiones cada una.
El IMSS sólo ofrece cierto tipo de tratamientos para combatir el cáncer, pero hay otros que ya no puede atender. Los tratamientos que la institución no puede cubrir se conocen como tratamientos de rescate y son requeridos por pacientes en los cuales la quimioterapia o la radioterapia no funcionaron. Un tratamiento de anticuerpos monoclonales puede costar hasta 300 mil pesos, significando así un golpe mortal para la economía de muchos pacientes.
“Afortunadamente todavía tenía derecho al seguro por ser estudiante. Luego tuve que pagar algo que se llama ‘seguro facultativo’, que es para que puedas seguir con la atención, pero tienes que tener un familiar que trabaje en el IMSS. Como yo perdía mi derecho en agosto tuve que pagar ese seguro, me costó alrededor de tres mil 500 pesos y lo hice a través de una tía que es trabajadora del IMSS. Atenderte por fuera sí es carísimo”, comparte.
Los efectos secundarios de la quimioterapia pueden ser inmediatos o a mediano y a largo plazo, afectando la estabilidad física y emocional del paciente. Entre los inmediatos, Dolores presentó pérdida de cabello, inmunodepresión y aumento de la fotosensibilidad en los ojos, por lo que tiene que portar lentes oscuros, bloqueador y cubrebocas cuando sale a la calle.
“Cada 15 días voy al seguro a recibir mi quimioterapia. Cuando termine esos ciclos tienen que pasar aproximadamente entre dos o tres semanas, que es un período de inmunosupresión donde no debo de recibir otro tratamiento, y después me van a dar radiación en el tórax y en el cuello. Aparte también me dan esteroides para la inflamación”, describe.
Abiertamente y con gran madurez, Dolores señala otros efectos secundarios como los escalofríos o el aumento de peso. Con respecto a ese último cuenta que en una ocasión un short ya no le quedó, y que por muy trivial que parezca, fue la gota que derramó el vaso y por la cual estalló en llanto.
Comparte que su novio, quien anteriormente padeció el mismo tipo de cáncer, ha sido de suma ayuda emocional, ya que piensa que el hecho de que un paciente no pueda expresar cómo se sientes con el tratamiento puede generarle un estrés que dificultaría la lucha.
Para ella el estado mental es un elemento crucial para enfrentar la dura y constante batalla contra el cáncer y por tal motivo suele ser bromista ante su situación y trata de llevarla con el mayor optimismo posible. Al no poder ejercer su profesión, la joven ahora trabaja en la empresa. También es activa en redes sociales donde es contactada por otros pacientes o familiares de enfermos con quienes comparte experiencias.
“La verdad es algo raro y bien difícil. Mi caso en particular parece una broma porque en la escuela tuve un compañero que también padeció un linfoma y ahorita es mi novio. Él tuvo su tratamiento y ahora está en revisión. Entonces yo ya había tenido contacto con una persona que había tenido ese tipo de problema, pero jamás te imaginas que te pueda pasar a ti y me he dado cuenta que mucha gente a mi alrededor ha tenido contacto con gente que ha estado enferma de cáncer”, señala.
¿SIN SEGURO?
De acuerdo con cifras publicadas por el INEGI, Coahuila ocupó en 2015 el primer lugar con la tasa más alta de mortalidad por cáncer de mama en mujeres mayores de 20 años de edad, con un promedio de 20.92 defunciones por cada 100 mil. Tan sólo en Torreón el 30 por ciento de las pacientes diagnosticadas con cáncer de mama en 2015 eran menores de 39 años.
Alejandra García tiene 33 años de edad y se dedica a atender su propio negocio de comida. Ella comenzó a tener los primeros síntomas de cáncer de mama en 2014. Cuenta que rutinariamente se realizaba su colposcopía y la revisión de mama con su ginecóloga, sin embargo, fue hasta el mes de octubre de ese año cuando se detectó una masa pequeña en su seno izquierdo mientras se duchaba. El hallazgo coincidió con la pérdida de su empleo, de tal forma que se enfocó más en conseguir un nuevo trabajo que en atenderse. Pero al siguiente mes notó que la masa había crecido y fue cuando decidió ir a consulta al IMSS, ya que por ley este ampara al derechohabiente hasta por 56 días después de dejar su empleo.
“Fui al seguro y una enfermera me dijo que no era nada. No había médico y sólo me mandaron a prevención y pues ‘hice concha’. En diciembre de 2014 entro a trabajar temporalmente en el Centro de Justicia para la Mujer y ahí la doctora del trabajo me dijo que sí era muy serio tener una bolita en el cuerpo. Me revisa y le habla a su hermana por teléfono, su hermana trabajaba como especialista en mastografía en el Sanatorio Español y me mandó con ella”, recuerda.
Le realizaron un ultrasonido en ambos senos y la especialista le mostró la diferencia alertante entre el seno sano, donde los ganglios aparecían normalmente en su forma circunferencial, y el seno donde se estaba formando el tumor, que aparecía como una masa extraña en forma de estrella. Los resultados de la mastografía continuaron siento alertantes, por lo que se continuó analizando y fue hasta el 9 de enero de 2015, tres meses después de la primera molestia, que Alejandra obtuvo el diagnóstico formal de un tumor.
El Centro de Justicia para la Mujer le ayudó a tramitar el Seguro Popular, por el cual pudo recibir asistencia en el Centro de Salud de Torreón.
“Yo me sentía muy mal por no haberme atendido antes, y la doctora del Centro de Salud me dijo que eso no era de meses, sino que ya era algo que tenía años en mi cuerpo”, cuenta Alejandra.
Cuando los tumores cancerígenos comienzan a formarse tienen el tamaño de un grano de arena pero siguen creciendo mientras no son detectados. Alejandra se practicó una biopsia en el Hospital Universitario, ahí se le informó que en caso de que el tumor fuera maligno se le tendría que extirpar todo el seno por medio de una mastectomía.
“No me dio miedo, al contrario, cuando me dijeron que podría ser maligno yo ya quería que me lo quitaran porque sentía que era algo que estaba mutando y que en cualquier momento me podían decir que ya no había 'chance' de nada”, sostiene.
Le extirparon la mama y esta fue llevada a patología para revisar cuántos ganglios fueron afectados para determinar el tratamiento que tendría que llevar. El veredicto fue que Alejandra tenía que someterse a ocho quimioterapias y 25 radiaciones. Tuvo que buscar la manera de reincorporarse al seguro social para tener el tratamiento, así que buscó a su antiguo jefe y afortunadamente este accedió a darle de alta, lo cual le significó un alivio. Alejandra fue operada en marzo de 2015 en el Hospital Universitario y dos meses después ya estaba recibiendo su tratamiento en la clínica 71 del IMSS en Torreón, relativamente rápido gracias en parte a que todos sus análisis los hizo por fuera.
“La gente se queja mucho del seguro, más de las clínicas 16 y 66, pero la verdad, todo lo que son especialidades sí son muy eficaces y se mueven rapidísimo. Me agendaron mi primera quimioterapia hasta el 20 de marzo, pero porque no era la única, es un mundo de gente. Llegas ahí y ves desde niños, señoras, viejitos. No te imaginas que haya tanto cáncer, mucho jovencito de 15 o 16 años, estamos invadidos. Para recibir el tratamiento te citan para quimio a las nueve de la mañana, pero tienes que estar muy temprano porque hay mucha gente. Yo llego a las seis de la mañana pero abren hasta las siete y media u ocho. Pero pues tú ya estás formado, reciben tu tarjeta y te pasan”, describe.
Alejandra relata que la habitación donde se realizan las quimioterapias en la clínica 71 es grande y cuenta con 16 sillones reclinables. Cada sillón posee su aparato donde el paciente se sienta y se le canaliza para recibir su tratamiento y en un extremo de la habitación se encuentran cobijas porque el cuarto es muy frio y algunos tienen que pasar un buen rato ahí, como ella que tenía que estar de cuatro a cinco horas para recibir completamente su quimioterapia. Con una sonrisa de agradecimiento, recalca sonriente que específicamente en ese nosocomio las enfermeras dan un trato atento y amable.
Los efectos secundarios del tratamiento que enfrentó Alejandra fueron pérdida de cabello, diarrea y debilidad.
“Es una sensación devastadora porque sientes que se te está yendo la vida. Es algo que te arranca la vida si se lo permites. La misma sensación y malestar físico te devasta emocionalmente porque dices ‘no estoy consciente, no puedo disfrutar a mis hijos, yo no quiero esto’, pero debes afrontarlo con la mejor actitud”, remata con entereza.
Es difícil enfrentar al cáncer bajo los efectos de la quimioterapia y la alimentación juega un papel muy importante, por lo que se debe ser muy cuidadoso con ella. La nutrióloga Wendy Salazar, quien labora en la Jurisdicción Sanitaria de Gómez Palacio, explica que los días en que no se recibe la quimioterapia son cruciales para mantener al paciente en un estado nutricional que le ayude a enfrentar los efectos secundarios del tratamiento. También destaca que en caso que el paciente se encuentre intolerante al alimento se pueden usar los suplementos.
Alejandra será dada de alta hasta dentro de cinco años, ya que es el promedio de tiempo que se le da al paciente para que no presente una recaída.
“YA NO SOY EL MISMO”
Mauricio Vázquez es un joven empresario de 24 años de edad que padeció cáncer papilar de tiroides hace cuatro años. Según el portal web www.cáncer.org, este padecimiento es tratado en la mayor parte de los casos con la extirpación de la glándula tiroides, intervención que se conoce como una tridectomía. Una peculiaridad de este padecimiento es que su tratamiento no incluye quimioterapia ni radiación.
“En general no tuve síntomas. Yo me descubrí un tumor aquí en el cuello, era una bolita. En ese entonces tuve un cuadro de tifoidea y yo sentía que con el tratamiento no me sentía bien así que fui a revisarme y me dijeron que la bolita que traía no tenía nada que ver con el tratamiento de la tifoidea”, comparte.
Tras varios estudios, se le hizo una biopsia y finalmente los doctores le explicaron que era necesario abrir para extraer el tumor. La duda era determinar si la tiroides del joven estaba presentando un crecimiento natural por la edad que en ese entonces tenía o si realmente era una mutación anormal.
El padecimiento tiroideo es un tipo de cáncer muy extraño. Después de extirparle la tiroides, Mauricio fue sometido a un tratamiento de radioyodoterapia en el Centro Oncológico Nacional de la Ciudad de México en mayo del 2012. Para esa fecha, el joven ya tenía muchos problemas con su tiroides e incluso padecía poca claridad mental y llegó a aumentar 27 kilos de peso.
Tuvo que trasladarse a la capital del país debido a que la clínica 71 del IMSS en Torreón sólo podía otorgarle 30 milicuries de yodo radioactivo cuando él requería 100. El hecho de administrar una dosis más alta requería de un cuarto especial de plomo como el del Centro Oncológico Nacional. Cabe señalar que el IMSS cubrió sus gastos de traslado.
“Era un cuarto de plomo, llevaban un carrrito, en el centro tenían unas indicaciones de radiactividad, iban dos físicos para medir la radiación, en total eran como siete personas. Abrieron el frasco y me lo tuve que tomar de un trago”, relata.
Mauricio tuvo asistir periódicamente por un año a la clínica 71 a revisión y sólo tuvo una falsa alarma de recaída.
“En este tipo de cáncer lo que importa realmente es que vas a tener hipotiroidismo siempre. Aunque te digan que vas a usar la hormona y eso. El doctor minimiza mucho tus síntomas y hasta tus sentimientos, porque no me siento el mismo”, puntualiza.
HOUSTON Y EL HOSPITAL METODISTA
El Houston Methodist Hospital es el más grande e importante nosocomio de Texas, uno de los más representativos de Estados Unidos y ahí se atienden muchos mexicanos y entre sus pacientes también destaca un buen número de laguneros. Además de los tratamientos comunes, el hospital cuenta con terapias de última generación que aún no son aprobadas en México, lo que significa una fuerte competencia para los hospitales privados en el país.
Ofelia Álamo cuenta que hace tres años le apareció un tumor medular a su nieta. La entonces joven de 17 años, quien practicaba deporte y llevaba una vida saludable, fue intervenida en el Sanatorio Español para extirparle el tumor, pero debido a que este se encontraba enraizado, los doctores le recomendaron a la familia viajar a la ciudad de Houston para continuar con su tratamiento de quimioterapia.
Con cierta tristeza pero también con fortaleza afirma que la situación fue una experiencia dolorosa pero también de vida.
“A la vez le puedo decir que es una experiencia enriquecedora de vida porque se da uno cuenta de lo frágil que es. Se da uno cuenta de muchas cosas: del valor de la familia, del valor de los amigos, del valor de la salud, del valor de la fe y sobre todo, del valor de la fortaleza de los jóvenes (…) En el Metodista dan un magnífico servicio. Tienen pisos especiales para puro cáncer, para las quimios, para todo. La gran mayoría de las enfermeras son latinoamericanas con un cariño y una atención excelente, y las americanas también. Nos llevan muchos años de investigación”, comparte.
Ofelia también afirma que los doctores del hospital texano no se explican por qué tienen tanto registro de pacientes procedentes de La Laguna. Mientras tanto, su nieta sigue yendo a revisión periódicamente a la ciudad de Houston para dar seguimiento a la enfermedad.
JÓVENES DESPROTEGIDOS
Lo que le permitió a la nieta de Ofelia Álamo atenderse en el Hospital Metodista de la ciudad texana fue contar con un seguro de gastos médicos, pero la realidad es que no todos los jóvenes tienen esta posibilidad.
La seguridad social en México no alcanza para todos. Según cifras del INEGI, de los 122.3 millones de habitantes del país sólo 61.8 millones son derechohabientes del IMSS y 12.8 del ISSTE.
Por otra parte, el pasado mes de marzo, el diputado federal Carlos Lomelí Bolaños mostró preocupación sobre las condiciones de seguridad social que enfrentan millones de jóvenes en la actualidad al asegurar que siete de cada 10 están marginados de este servicio.
“La subcontratación denominada 'outsourcing' es uno de los temas pendientes por revisar, pues esta figura se ha utilizado como una manera de evitar obligaciones en materia fiscal y de seguridad social, lo que ha afectado los derechos de los trabajadores”, declaró el legislador para un diario de circulación nacional.
Otra situación que abona a la problemática es el trabajo independiente. Ante las escasas oportunidades de empleo que afectan en gran medida a los jóvenes, muchos de ellos han optado por irse por la libre, es decir, trabajar mediante el esquema de freelance, una condición que si bien les provee de recursos, muchas veces no alcanza para garantizar la entrada a algún sistema de seguridad social o bien contratar un seguro.
En México hay 38.3 millones de jóvenes, se los cuales, el 64.9 por ciento son mayores de edad, es decir, son económicamente activos. Sin embargo, de acuerdo con el estudio Panorámica de la población joven en México desde la perspectiva de su condición de actividad 2014, realizado por el INEGI, sólo ocho millones 778 mil 238 de jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, tienen un trabajo ya sea independiente (ocho por ciento) o subordinado (92 por ciento), y cabe aclarar que de estos el 1.5 por ciento trabaja sin remuneración.
No contar con seguridad social cuando se trabaja de forma independiente es algo tan común que se considera hasta normal, pero este documento revela que sólo la mitad de los jóvenes que cuentan con un empelo subordinado y remunerado (alrededor de 3.5 millones) tienen acceso a seguridad social.
En Coahuila y Durango la cifra de jóvenes de entre 15 y 24 años que trabajan de forma subordinada y con remuneración y que no cuentan con seguridad social es de 48 mil 173 y 43 mil 416, respectivamente. La cantidad de independientes, por otra parte es de 19 mil 350 en Coahuila y ocho mil 331 en Durango.
La opción que tienen todos ellos para contar con seguridad social solicitar el Seguro de Salud para la Familia del IMSS, un seguro de salud al que pueden incorporarse de manera voluntaria los miembros de las familias en México o de mexicanos en el extranjero, que no cuenten con un esquema de seguridad social y que permite acceder a servios como asistencia médico quirúrgica, farmacéutica y hospitalaria mediante el pago de cuotas anuales anticipadas (http://www.imss.gob.mx/derechoH/segurosalud-familia); o bien contratar un seguro de gastos médicos.
UNA ALTERNATIVA
Según Alejandro Uresti, agente de seguros, existen dos maneras de aplicar un seguro de gastos médicos. “Una es atenderte en hospitales que están dentro del convenio (donde la aseguradora corre con todos los gastos) y la otra es que te atiendas en otro hospital y lleves la factura a la aseguradora para que te reembolsen los gastos. Depende de la gravedad de la cosa si se paga o no es deducible”.
En Torreón, tanto el Hospital Los Ángeles como el Sanatorio Español poseen convenios con varias aseguradoras. Uresti indica que un joven de 25 años puede contratar el seguro desde 302 pesos mensuales por 38 millones de suma asegurada. El joven tendría que esperar tres meses antes de que se le otorgue el seguro, ya que es el tiempo que dan las aseguradoras para que a su cliente no le de la enfermedad y se evite un fraude. “Te dicen: te cubro cáncer, pero no te lo pueden detectar en menos de tres meses para poder cubrirlo”, explica Uresti.
PREVENCIÓN: LA CLAVE
Otra de las maneras de combatir al cáncer es la prevención. Los expertos recomiendan a las personas hacerse chequeos de forma rutinaria, informarse sobre el tema y acudir al médico cuando se detecte alguna anomalía en el cuerpo, por muy insignificante que parezca. Hay que tener muy presente que el factor tiempo es crucial para el éxito de un tratamiento.
También se recomienda una dieta rica en frutas y verduras, excelentes proveedoras de antioxidantes, los cuales combaten a los radicales libres.
La OMS recomienda mantener un estilo de vida sano, evitar la exposición a sustancias tóxicas que se sabe que producen cáncer (cómo el arsénico, gases dela combustión del diésel, etcétera). Hacer ejercicio y tomar medicamentos o suplementos que ayuden a evitar la aparición del cáncer. Evitar el sedentarismo, la mala alimentación (evitar conservadores, saborizantes y colorantes, ya que son sustancias que el cuerpo no puede procesar) y el excesivo consumo de tabaco y alcohol. Si bien el cáncer puede aparecer por genética, la mayor parte de los casos es causado o disparado por estos hábitos nocivos nuestra salud.
Dependencias como el Instituto Municipal de la Mujer de Torreón (IMM), también cuentan con programas para concientizar a la población sobre la prevención y el seguimiento de los tratamientos, especialmente dirigidos a mujeres, como 15 Minutos por tu Vida donde se les exhorta a hacerse la revisión de senos para evitar el cáncer de mama.
Twitter: @BeatsoulRdz