La Banda de Música del Instituto Gómez Palacio volvió a hacer su aparición en las tribunas del Estadio Corona para alentar. (Ramón Sotomayor)
Último partido del año en el "Templo del Desierto", sí, aún no se sacude el polvo de los pinos de Navidad, se coloca la decoración navideña en casa o los niños escriben sus cartas con los regalos deseados, todavía no llega siquiera el olor navideño, pero el año ya terminó para el futbol profesional en La Laguna. Luego de un semestre desastroso, los Guerreros encontraban una nueva chance de redimirse ante sus aficionados, en un partido que repartía 3 puntos y nada más, ahí quedaba su trascendencia.
La lluvia sorprendió a más de uno, sobre todo a los once barristas que viajaron más de veinte horas desde Tuxtla Gutiérrez hasta La Laguna para apoyar a su equipo, tan maltratado por las malas decisiones directivas que lo tienen relegado al último lugar de la tabla general, producto de 12 partidos consecutivos sin ganar.
Pero simplemente fue una llovizna ligera que desapareció conforme transcurrían los minutos de un tedioso primer tiempo, lo que lamentablemente se hizo costumbre este semestre en el Corona.
Ya sin lluvia, más aficionados ocuparon sus asientos, formando un marco albiverde en la grada que despedía a sus Guerreros, finalmente el jugador número 12 jamás abandonó el partido, fiel a sus colores y a su compromiso de alentar, aunque también de exigir, tal y como sucedió tras el silbatazo de medio tiempo, cuando los abucheos despidieron a los jugadores locales.
Tras un intermedio musical, los dueños de casa salieron a la cancha con nuevos bríos, pronto cayó el primero y no tardó mucho en llegar el zurdazo de Ulises que amplió la ventaja y otorgó mayor tranquilidad.
Se dice que "goles son amores" y con la ventaja en el marcador, la alegría regresó a la grada, que empezó a corear los "olé" y a realizar la tradicional "ola", ¿quién dijo que las despedidas siempre han de ser tristes?
Sin sufrimientos, los Guerreros se quedaron con la victoria anhelada, dejando un buen sabor de boca en su afición, que seguramente extrañará el futbol durante las fiestas decembrinas, aunque algunos recibieron sus regalos por anticipado, ya que jugadores como Marchesín, Izquierdoz, Araujo, Rodríguez y Bravo se despojaron de sus camisetas para arrojarlas a la grada.
Entre aplausos se fueron a los vestidores los Guerreros, imagen que fue escasa durante el torneo que está por terminar y al que se pretende dejar en el pasado, en el olvido, en lo más profundo del baúl de los malos recuerdos.
A las 19:52 horas, Miguel Ángel Chacón hizo sonar su silbato e inauguró una larga sequía de futbol profesional de Liga MX en La Laguna, que para volver a ver otro partido de sus queridos Guerreros, deberá esperar hasta el 22 de enero del aún distante 2017.