La tormenta "Brexit" parece amainar luego de una semana de golpear los mercados financieros y monetarios del mundo entero.
La decisión del Reino Unido de abandonar la Comunidad Europa provocó las más airadas reacciones, especialmente en el extranjero, en donde se dice que los efectos serán funestos para la economía mundial.
No estamos de acuerdo con tales visiones fatalistas aunque tampoco creemos que el "Brexit" será la panacea para los millones de votantes ingleses que dieron el sí.
Tenemos un enorme respeto y admiración a la democracia y al pueblo inglés con todo y los errores que han cometido a lo largo de la historia, por ello nos parece de mal gusto censurar a los 17 millones de ciudadanos que apoyaron al "Brexit".
El 51.9 por ciento de los electores estuvo de acuerdo en abandonar a la Unión Europea mientras que el 48.1 por ciento -poco más de 16 millones-votó por mantenerse unidos con los europeos luego de una abundante participación de más del setenta por ciento del padrón.
Colegas de la ciudad de México llegaron al extremo de cuestionar la decisión porque fueron los votantes de la tercera edad quienes en su mayoría optó por el sí al "Brexit", mientras que los jóvenes se inclinaron por quedarse en la Comunidad Europea.
Al menos hasta ahora, en las democracias, cada sufragio tiene el mismo valor sin importar la edad, raza, sexo y condición social de los votantes. Vale exactamente lo mismo el voto de un joven de 18 años que el de un anciano de 85 y así ocurre en cualquier país donde se practica la democracia.
Resulta, pues, injusto desaprobar los resultados por la edad del votante. En todo caso el "sí" debería tener mayor valor porque los hombres con mayor madurez y experiencia favorecieron el "Brexit", sin embargo tampoco podemos llegar a tales conclusiones.
Pero vayamos al fondo del asunto: ¿por qué los ingleses desean salirse de la Unión Europea?
Fue después de la Segunda Guerra Mundial cuando comenzaron a concretarse los sueños por alcanzar la unidad comercial, económica y política entre los países europeos.
La primera organización de países europeos contó con apenas seis miembros y fue creciendo paulatinamente hasta llegar hoy a los 28 países integrantes.
En 1992 la Unión Europea se formalizó con el Tratado de Maastricht que dio pie a cambios sustanciales, incluyendo la creación de la moneda euro, el libre comercio y la integración en materia laboral.
Pero mucho ojo, Gran Bretaña desde un principio estableció sus límites. Prefirió mantener su moneda --la libra esterlina- que a lo largo de la historia se ha significado por su solidez y respetabilidad.
También en materia comercial puso algunas reglas dada la complejidad económica de los países que forman el Reino Unido como son Irlanda del Norte, Gales y Escocia.
Son básicamente dos las razones que llevaron a los ingleses a tomar la decisión de abandonar la Comunidad Europea: el burocratismo y la excesiva migración.
Inglaterra estaba harta de que muchas decisiones comerciales y económicas vitales tenían que someterse a la burocracia del gobierno europeo con sede en Bruselas, Bélgica. El espíritu independiente de los ingleses no toleraba tal sumisión como tampoco aceptaba que la irresponsabilidad de gobiernos como el griego pusieran en jaque a la economía europea.
La avalancha de inmigrantes en los últimos años atemorizó a los ingleses. Sólo en 2015 Inglaterra recibió a más de 300 mil nuevos pobladores, principalmente del resto de los 27 países de la Unión Europea y también del Medio Oriente.
¿Qué dirían los intelectuales mexicanos si de pronto llegan a la ciudad de México unos 300 mil inmigrantes de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala? ¿Los recibirían con los brazos abiertos o pedirían acciones por parte del gobierno federal?
No creemos que se trate de una reacción xenofóbica, si alguien ha convivido con todo tipo de razas y culturas es el pueblo inglés por su pasado colonialista. Pero una cosa es cohabitar con inmigrantes y la otra que de pronto decenas de miles inunden tu país y se beneficien de un día para otro del sistema de salud, seguridad y educación que tantos años y esfuerzo ha costado.
Lo cierto de todo es que los ingleses son respetuosos de la democracia, pero también saben rectificar. Si el "Brexit" degenera en un caos económico, seguramente tomarán en su momento las medidas más pertinentes.
Por ahora hay que reconocer el derecho del pueblo inglés para tomar su propia decisión y de paso pongamos en México nuestras barbas a remojar porque tarde que temprano el Tratado de Libre Comercio tendrá que someterse a revisión. Van 22 años de su operación con resultados muy favorables en varios rubros, pero lamentablemente no en todos.
APUNTE FINAL
¿Qué espera el gobierno mexicano para poner orden en Oaxaca y Chiapas ante los desmanes de los maestros disidentes?
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