Bendición. La casa fue inaugurada ayer por el Arzobispo Rogelio Cabrera.
El pasado 6 de agosto cumplió 25 años Luis Alberto Moreno, migrante originario de Honduras que llegó hace una semana a Monterrey.
Unos días después llegó su "regalo" en algo a menudo considerado trivial: la oportunidad de tomarse un baño. El joven, quien desde los 13 años ha vivido la realidad de secuestros, agresiones físicas y humillaciones que padecen las personas en tránsito en el tren La Bestia, fue uno de los primeros beneficiados de la casa rodante para indigentes de la Parroquia Santa María Goretti, que empezó a operar ayer.
"Es una gran bendición tener un lugar donde descansar, bañarse, comer y estar feliz, sobre todo estando fuera de mi país", dijo Moreno, quien porta una playera de la selección mexicana de futbol. El espacio móvil, remolcado por una camioneta, tiene tres regaderas.
Poner denuncias
El arzobispo pidió a sus sacerdotes:
⇒ Ante la reciente alza en robos y asaltos a iglesias, poner las denuncias.
⇒ 'Yo quisiera que el Ministerio Público abreviara los tiempos', comentó.